El cañaveral bajo el sol
Era una vez en un hermoso cañaveral en Cuba, donde el sol brillaba con intensidad y las cañas de azúcar crecían altas y fuertes.
En medio del cañaveral vivía una pequeña abeja llamada Clarita, quien era muy curiosa y siempre estaba en busca de aventuras. Un día, mientras volaba de flor en flor, Clarita se perdió y terminó alejándose del cañaveral. "¡Ay, me he perdido!" exclamó Clarita, preocupada.
Pero en lugar de entrar en pánico, decidió poner en práctica todo lo que había aprendido de las otras abejas. Siguió volando en círculos mientras buscaba referencias familiares, y finalmente logró encontrar el camino de regreso al cañaveral.
A medida que volaba de regreso, Clarita se dio cuenta de lo grande y maravilloso que era el mundo, pero también de lo importante que era tener un lugar al cual llamar hogar. Al llegar al cañaveral, se reunió con sus amigas abejas y les contó sobre su emocionante aventura.
"¡Nunca imaginé que pudieras perderse, Clarita!" dijo una de las abejas. "Fue una experiencia aterradora, pero aprendí mucho. Ahora sé que siempre puedo regresar a casa si me pierdo", respondió Clarita.
Desde ese día, Clarita se volvió más responsable y siempre aseguraba de volver al cañaveral antes de que el sol se pusiera. Y así, la pequeña abeja demostró que, aunque el mundo pueda ser grande y emocionante, el hogar siempre será el mejor lugar de todos.
FIN.