El Cangrejo Valiente y el Gran Cambio



En un arrecife muy florido, muy folclórico, muy amplio y bonito, vivía un cangrejo llamado Cangri. Cangri era conocido por todos como el cangrejo que siempre mostraba su seguridad al caminar. Su caparazón era brillante y de color azul, y a diario paseaba con orgullo entre las coloridas anémonas y los corales.

"¡Hola, Cangri!" - saludaba siempre la estrella de mar, Estrellita. "¿Listo para otro día de trabajo?"

"¡Por supuesto!" - respondía Cangri con una sonrisa. "Hoy tengo que recoger algunas algas frescas para el banquete del arrecife. ¡La vida es hermosa!"

Cangri trabajaba en una pequeña oficina de recolección de algas junto a sus amigos, el pez payaso Pipo y el erizo de mar Erni. Todos eran muy buenos compañeros y se ayudaban mutuamente diario. Pero un día, mientras recolectaban, Cangri escuchó algo que le hizo detenerse.

"¿Escucharon eso?" - preguntó con curiosidad.

"¿Qué cosa?" - inquirió Pipo, frunciendo el ceño.

"Ese sonido extraño... suena como un llanto..."

Siguiendo su instinto, Cangri se adentró un poco más en el arrecife, y allí encontró a una pequeña tortuga llamada Tula. Ella estaba atrapada entre algunos corales y lloraba, asustada.

"Hola, pequeña tortuga. ¿Qué te pasó?" - preguntó Cangri con su voz suave.

"Me perdí, y ahora no sé cómo volver con mi mamá. Además, estoy atrapada, y no puedo salir" - sollozó Tula.

Cangri, sin dudarlo, se acercó a ayudarla.

"No te preocupes, Tula. Voy a sacarte de aquí, solo necesito que te quedes tranquila" - dijo con confianza, mientras trabajaba para liberar a la tortuga.

Con mucho esfuerzo y apoyo de sus amigos, Pipo y Erni, lograron liberar a Tula.

"¡Gracias, Cangri! Eres muy valiente" - exclamó Tula, sonriendo mientras se estiraba.

"No soy valiente. Solo hice lo que debía. Siempre es bueno ayudar a los demás" - respondió modestamente Cangri.

Después de liberarla, Tula vio cómo era el arrecife, lleno de colores y vida.

"Voy a ayudarte a encontrar a tu mamá. ¿Sabes en qué dirección se fue?" - preguntó Cangri.

"Sí, ella dijo que iría a la zona de las algas al sur" - explicó Tula.

Así que, juntos, comenzaron su aventura hacia el sur del arrecife. En el camino, Cangri enseñó a Tula sobre las diferentes criaturas marinas y su hábitat.

"Mirá esas estrellas de mar, siempre tan relajadas" - comentó Cangri. "Y allí están los peces ángel, ¡son los más hermosos de todos!"

Mientras caminaban, Cangri se dio cuenta de que aunque siempre había sido un cangrejo seguro de sí mismo, ayudar a otros le traía una satisfacción aún mayor.

Finalmente, luego de un recorrido lleno de aventuras y risas, encontraron a la mamá de Tula.

"¡Tula! ¡Te estaba buscando!" - gritó su mamá al ver a su pequeña.

"Mamá, conocí a Cangri y a sus amigos. ¡Me ayudaron a salir de un apuro!" - dijo Tula, emocionada.

"Gracias, Cangri. Eres un gran amigo para mi hija" - agradeció la mamá tortuga con una sonrisa.

Cangri se sintió orgulloso y feliz.

"Siempre es un placer ayudar, ¡y hoy hemos tenido una gran aventura!" - exclamó mientras todos celebraban.

A partir de ese día, Cangri y Tula se convirtieron en grandes amigos. Y cada vez que Cangri caminaba por el arrecife con su andar seguro, ya no solo pensaba en su trabajo, sino en todas las nuevas amistades y aventuras que lo esperaban.

Y así, en su mundo lleno de colores y amigos, Cangri aprendió que la verdadera valentía está en ayudar a los demás y en ser un buen amigo.

FIN.

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