El canpesino del cerro



Había una vez un canpesino llamado Juanito, que vivía en un pequeño rancho al pie de un hermoso cerro. Desde muy temprana edad, Juanito aprendió a apreciar la naturaleza y a trabajar la tierra con amor y dedicación. Su vida transcurría tranquila, rodeada de animales y cultivos. Un día, una fuerte tormenta azotó la región, provocando una gran inundación que arrasó con los cultivos de Juanito. Desanimado, decidió pedir ayuda a los vecinos del pueblo cercano.

Al llegar al pueblo, Juanito conoció a Doña Rosita, una mujer sabia y bondadosa, que le ofreció su apoyo. Doña Rosita le enseñó a Juanito técnicas de agricultura más avanzadas y le proporcionó semillas de alta calidad. Con esfuerzo y determinación, Juanito comenzó a levantar su rancho y cultivar la tierra nuevamente. Gracias a su trabajo arduo y a los consejos de Doña Rosita, logró recuperarse y mejorar la producción de su terreno.

La noticia sobre el éxito de Juanito se esparció por la región, y muchos campesinos acudieron a él en busca de consejo. Con humildad y generosidad, Juanito compartió sus conocimientos con quienes lo necesitaban, convirtiéndose en un referente para la comunidad. A partir de ese momento, el cerro se llenó de vida y prosperidad, y Juanito supo que, a pesar de las dificultades, nunca debía perder la esperanza ni dejarse vencer. Siempre hay una luz al final del camino.

FIN.

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