El Canto de la Alegría Eterna



Había una vez en el bosque encantado de Villa Cantora, un Pájaro muy especial llamado Melodía. Melodía era conocido por su hermoso canto que alegraba a todos los habitantes del bosque.

Desde que salía el sol hasta que se ponía, Melodía no dejaba de cantar, llevando la alegría y la paz a cada rincón. Un día, llegó al bosque un misionero llamado Lucas.

Lucas había escuchado hablar sobre el increíble don de Melodía y decidió ir a conocerlo en persona. Al encontrarse con el Pájaro, quedó maravillado por su canto melodioso y lo invitó a unirse a él en sus viajes para llevar alegría a otras tierras lejanas.

"¡Hola, querido Melodía! He oído tu canto desde lejos y me ha llenado el corazón de felicidad. ¿Te gustaría venir conmigo en esta misión de llevar alegría a otros lugares?" -dijo Lucas emocionado. Melodía, sin dudarlo ni un segundo, aceptó la propuesta del misionero.

Juntos emprendieron un viaje lleno de aventuras y diversión, llevando consigo la magia de la música y la sonrisa a todas las personas que encontraban en su camino. Pasaron días cantando y compartiendo momentos inolvidables con aquellos que más lo necesitaban.

Sin embargo, una noche oscura mientras acampaban cerca de un río misterioso, Melodía comenzó a sentirse débil. "Lucas... creo que mi tiempo ha llegado.

Mi canto ya no es tan fuerte como solía serlo", dijo Melodía con tristeza. Lucas abrazó al Pájaro con cariño y le dijo: "Tu canto ha traído tanta alegría y esperanza a tantas personas, querido amigo. Aunque tu voz se apague, tu espíritu vivirá para siempre en quienes te han escuchado".

Melodía cerró los ojos sintiéndose tranquilo y feliz al saber que su legado perduraría por siempre. De repente, una luz brillante iluminó el lugar donde estaban y ante ellos apareció una figura luminosa.

Era Alegrín, el hada de la eterna felicidad. "Melodía", dijo Alegrín con dulzura,"tu corazón puro y tus melodías han tocado las fibras más profundas de todos los seres vivos aquí presentes.

Por eso hoy te concedo el don de nunca morir; tu espíritu seguirá vivo en cada nota musical que resuene en este bosque". Desde ese día en adelante, Melodía se convirtió en leyenda viva del bosque Villa Cantora.

Su espíritu nunca desapareció; cada vez que alguien tarareaba una canción o silbaba una melodía recordaba al maravilloso Pájaro cantor que había tocado sus vidas para siempre.

Y así fue como gracias al amor desinteresado por los demás y la pasión por compartir alegrías con todos aquellos quienes lo rodeaban, logró convertirse también parte fundamental e imprescindible del universo mismo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!