El Canto de la Felicidad
En un pequeño pueblo llamado Alegría, habitaban tres hermanos: Leo, Sofi y Tomi. Los tres compartían un amor inmenso por la música y siempre estaban creando melodías en su tiempo libre. Soñaban con compartir su pasión con el mundo y hacer felices a todos los que los escucharan.
Un día, mientras ensayaban en su sala de estar, Sofi tuvo una idea brillante.
"¿Y si organizamos un concierto en el parque del pueblo? ¡Podríamos invitar a todos y tocar nuestras mejores canciones!"
Los hermanos se miraron emocionados.
"¡Sí! Eso sería increíble!", dijo Leo.
"Pero necesitamos un plan y mucha práctica para que salga perfecto", añadió Tomi.
Con mucha ilusión, comenzaron a trabajar en su presentación. Componían nuevas canciones, ensayaban durante horas y hasta decoraron el parque con globos coloridos. Sin embargo, a medida que se acercaba el día del concierto, los hermanos comenzaron a sentir mucha presión.
"¿Y si la gente no le gusta nuestra música?", se preocupaba Tomi.
"No te preocupes, lo más importante es que estamos juntos y disfrutamos haciendo música", los animó Sofi.
El día del recital llegó, y el parque estaba lleno de gente entusiasmada. Los hermanos subieron al escenario, pero justo antes de comenzar, una nube oscura cubrió el sol. Comenzó a llover torrencialmente.
"¡No! Ahora no!", gritó Leo mirando al cielo.
"No podemos dejar que esto nos detenga", dijo Sofi decidida.
Los hermanos decidieron tocar bajo la lluvia. ¡Quiero que todos sientan la felicidad que nos da la música!", exclamó Tomi mientras comenzaban a tocar. A pesar de la lluvia, la gente se acercó al escenario, y pronto comenzaron a bailar y a cantar junto a ellos.
Mientras tocaban, algo mágico sucedió. La lluvia fue cesando poco a poco y un arcoíris apareció en el cielo, llenando de colores el paisaje. La felicidad era palpable en el aire.
"¡Esto es increíble!", gritó Sofi mientras giraban en círculos.
"Esto es lo que significa compartir nuestra música", dijo Leo, sonriendo a sus hermanos.
La actuación fue un éxito total. Al final del recital, el público los aplaudió con gran entusiasmo.
"¡Gracias por su valentía! Ustedes nos han demostrado que la felicidad no se detiene bajo la lluvia!", dijo una señora del público.
"¡Sí, su música irradia alegría!", agregó un niño.
Los hermanos se dieron cuenta de lo poderoso que puede ser compartir alegría a través de la música, incluso en los momentos difíciles.
Desde ese día, el trío siguió organizando conciertos en su pueblo, y cada vez que llovía, sabían que caminar hacia el escenario sería como danzar con las nubes de felicidad.
Así, Leo, Sofi y Tomi aprendieron que la verdadera felicidad no era solo el resultado de la música que hacían, sino de compartir esa música y alegría con los demás, transformando la lluvia en risas y el miedo en valentía. Y así, el pequeño pueblo de Alegría fue conocido por su música y por el famoso "Canto de la Felicidad".
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FIN.