El canto de la libertad
Había una vez en la Cárcel de Libertad, en Uruguay, un grupo de presos políticos que vivían bajo estrictas reglas, sin poder expresar sus sentimientos ni alegría.
Entre ellos, estaba Martín, un joven valiente que soñaba con recuperar su libertad y llevar un mensaje de esperanza a su país. Un día, Martín encontró un pequeño pájaro en el patio de la cárcel. Sabía que no podía tenerlo, pero decidió cuidarlo en secreto.
Durante las noches, el pájaro cantaba melodías hermosas que llenaban el corazón de los presos con esperanza. Martín se dio cuenta de que, a pesar de las prohibiciones, el canto del pájaro les recordaba que aún podían sentirse libres en su interior.
Con mucho esfuerzo, Martín y sus compañeros lograron hacer un pequeño espacio para que el pájaro viviera cómodamente. Todos los días, el canto del pájaro se volvía más fuerte y algunos presos comenzaron a tararear las melodías. La energía en la cárcel empezó a cambiar.
Martín también se puso en la tarea de dibujar en secreto. Creó hermosos dibujos de mariposas, estrellas y parejas que compartió con sus compañeros, recordándoles que la belleza y el amor existían más allá de las paredes de la cárcel.
Pronto, los demás presos también comenzaron a dibujar y a compartir sus creaciones. A medida que la alegría y la esperanza crecían en la cárcel, los guardias se sorprendieron al ver que algo estaba cambiando.
Finalmente, un día, Martín y sus compañeros fueron liberados, pero su valentía y su espíritu no fueron olvidados.
El canto del pájaro y los dibujos se convirtieron en un símbolo de resistencia y libertad para todo el país, inspirando a otros a luchar por un futuro mejor. La Cárcel de Libertad ya no fue solo un lugar de tristeza y opresión, sino un símbolo de fortaleza y esperanza.
Y Martín, el joven valiente, siempre recordó que, incluso en los momentos más oscuros, el amor, la música y la creatividad pueden abrir las puertas hacia la libertad.
FIN.