El canto de la valentía
Había una vez una niñita llamada Mili, que era nueva en la escuela. Desde el primer día, los otros niños comenzaron a hacerle bullying por ser tímida.
Le hacían cosas muy malas, como encerrarla en el baño, rallarle la cabeza con un lápiz, meterle la cabeza en el inodoro y tirar sus útiles a la basura. Mili se sentía muy triste y asustada cada vez que esto sucedía.
No entendía por qué los demás niños le trataban de esa manera tan cruel. Sin embargo, ella nunca le contó nada a su maestra porque pensaba que no iba a ayudar o que podría empeorar las cosas.
Un día, mientras Mili caminaba hacia casa llorando después de otro horrible episodio de bullying, se encontró con un pajarito herido en el suelo. El corazón de Mili se llenó de compasión al ver al pequeño animalito indefenso.
Con mucho cuidado, Mili tomó al pajarito entre sus manos y lo llevó hasta su casa. Decidió cuidarlo y darle todo su amor para que se recuperara. Durante días, Mili dedicó tiempo y esfuerzo para alimentarlo adecuadamente y brindarle un lugar cálido donde descansar.
El pajarito empezó a sentirse mejor gracias al amor y dedicación de Mili. Un día, cuando ya estaba completamente recuperado, decidió volar libremente desde la ventana abierta de la habitación de Mili.
Mientras observaba cómo el pajarito volaba alto en el cielo azul, Mili sintió algo dentro de ella cambiar. Se dio cuenta de que, al igual que el pajarito, ella también merecía ser libre y feliz. Ya no quería permitir que los demás niños le hicieran daño.
Al día siguiente, cuando Mili llegó a la escuela, decidió enfrentar su miedo y hablar con su maestra sobre lo que estaba sucediendo. La maestra se mostró muy preocupada y prometió tomar medidas para detener el bullying.
Poco a poco, con la ayuda de su maestra y otros adultos en la escuela, el bullying hacia Mili comenzó a disminuir. Los niños fueron castigados por sus acciones y aprendieron sobre el respeto y la importancia de tratar bien a los demás.
Mili también aprendió una valiosa lección: nunca debemos quedarnos callados ante el maltrato o las injusticias. Siempre hay alguien dispuesto a ayudar si nos atrevemos a pedirlo.
Con el tiempo, Mili se hizo amiga de otros niños en la escuela que valoraban su bondad y ternura. Juntos formaron un grupo donde todos eran tratados con respeto y amabilidad. Y así fue como Mili transformó una situación difícil en una oportunidad para crecer y aprender.
Su historia inspiró a muchos otros niños a no tener miedo de defenderse cuando son víctimas de bullying. Recuerda siempre ser amable con los demás porque nunca sabes cuánto puede significar tu amor y apoyo para alguien que está pasando por momentos difíciles.
FIN.