El canto de Luna



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Umbrosa, una chica gótica llamada Luna. Luna siempre vestía de negro, con medias rasgadas y maquillaje oscuro.

A pesar de su apariencia intimidante, Luna tenía un corazón bondadoso y le encantaba pasear por los bosques cercanos al pueblo. Un día, mientras caminaba bajo la lluvia con su paraguas negro en mano, Luna escuchó unos sollozos provenientes de un arbusto cercano.

Al acercarse, descubrió a un pajarito mojado y temblando de frío. Sin dudarlo, Luna lo tomó en sus manos y lo llevó a su hogar para cuidarlo y darle calor.

"No te preocupes pequeño pájaro, pronto te sentirás mejor", dijo Luna con ternura mientras secaba las plumas del ave. Con el paso de los días, el pajarito se recuperó gracias a los cuidados de Luna. Agradecido, decidió quedarse junto a ella como su fiel compañero.

Desde ese día, el pájaro no se separaba ni un instante de la chica gótica. Una tarde soleada, Luna decidió salir a recorrer el pueblo con su nuevo amigo volando alegremente sobre su hombro.

Mientras paseaban por las calles empedradas, vieron a un grupo de niños jugando bajo la sombra de un árbol. "¡Miren! ¡Es la chica gótica con su paraguas negro!", exclamaron los niños sorprendidos al verla tan cerca.

Al principio, los niños sintieron miedo por la apariencia diferente de Luna; sin embargo, al verla cuidando amorosamente al pájaro decidieron acercarse curiosos. "¿Cómo se llama tu amiguito? ¿Puedo acariciarlo?", preguntó uno de los niños tímidamente. Luna sonrió cálidamente y les contó cómo había rescatado al pajarito bajo la lluvia.

Los niños escucharon atentos y emocionados la historia mientras acariciaban al ave con delicadeza. Desde ese día, Luna se convirtió en una figura querida por todos en Villa Umbrosa.

Los vecinos admiraban su valentía al ser auténtica y diferente sin importarle lo que pensaran los demás. Además, aprendieron que no hay que juzgar a alguien por su apariencia exterior sino por sus acciones y sentimientos hacia los demás.

La historia de Luna y el pájaro se convirtió en leyenda en el pueblo e inspiró a muchos a ser amables y compasivos con quienes son diferentes.

Y así fue como una simple chica gótica con un paraguas negro logró cambiar la percepción de todo un pueblo demostrando que la verdadera belleza está en el corazón.

FIN.

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