El canto de Maru



Había una vez una niña llamada Maru, a quien le encantaban los animales. Cada vez que veía un perrito o un gatito en la calle, no podía evitar acercarse y hacerles cariño.

Un día, mientras Maru caminaba por el parque, escuchó un ruido extraño proveniente de unos arbustos. Se acercó con curiosidad y descubrió a un pequeño pajarito herido. Sin pensarlo dos veces, lo tomó con cuidado entre sus manos y decidió llevarlo a su casa.

Al llegar a su hogar, Maru buscó en internet cómo cuidar al pajarito. Aprendió que necesitaba calor, comida adecuada y mucho amor para recuperarse.

Así que preparó una caja con pañuelos suaves como nido para el pájaro y lo mantuvo cerca de una lámpara para mantenerlo calentito. Maru se preocupaba mucho por el bienestar del pajarito. Todos los días le daba comida especial para aves y agua fresca.

También investigó sobre las diferentes especies de aves y aprendió qué tipo de alimentos les gustan más. Con el paso del tiempo, el pajarito comenzó a sentirse mejor gracias a los cuidados de Maru.

Ya podía volar alrededor de la habitación sin problemas e incluso cantaba felizmente cada mañana. Un día soleado, mientras Maru limpiaba la jaula del pajarito afuera en el patio trasero, notó algo inusual en uno de los árboles cercanos: había un nido abandonado con tres huevitos dentro.

Maru sabía que debía hacer algo para ayudar a los pajaritos que estaban por nacer. Rápidamente, Maru buscó en su casa una caja grande y la llenó de hojas secas para recrear un nido.

Con mucho cuidado, subió al árbol y colocó el nido improvisado cerca del original. Esperaba que la mamá pájaro encontrara el nuevo hogar y pudiera criar a sus polluelos allí. Pasaron los días y Maru estaba emocionada esperando ver cómo los pajaritos salían de sus huevitos.

Pero un día, cuando revisó el nido, se dio cuenta de que solo había dos polluelos en lugar de tres. Se sintió triste por el pequeño pajarito que no llegó a nacer.

Decidida a ayudar, Maru fue al veterinario para preguntar qué podía hacer por el tercer polluelo. El veterinario le explicó que algunos huevos pueden no ser viables y es natural que no todos los embriones lleguen a desarrollarse completamente.

Maru entendió la situación y decidió seguir cuidando del pajarito herido como si fuera su propia mascota. Le dio mucho amor y atención, asegurándose de proporcionarle todo lo necesario para vivir felizmente.

Con el paso del tiempo, Maru aprendió muchas cosas sobre el cuidado de los animales gracias a sus experiencias con el pajarito herido y la visita al veterinario. Comenzó a ayudar también a otros animalitos necesitados en su comunidad: adoptaba perros abandonados, alimentaba gatos callejeros e incluso construyó casitas para las aves en su jardín.

La historia de Maru se convirtió en inspiración para muchos niños y adultos en su vecindario. Todos aprendieron la importancia de cuidar y proteger a los animales, brindándoles amor y atención.

Y fue gracias a Maru que muchos animales encontraron un hogar lleno de cariño y felicidad. Desde aquel día en el parque, Maru se convirtió en una defensora incansable de los derechos de los animales, asegurándose de que todos reciban el amor y el cuidado que merecen.

Y así, con su gran corazón, Maru logró hacer del mundo un lugar mejor para todas las criaturas.

FIN.

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