El Canto del Nido

Había una vez en un frondoso bosque de la Patagonia, una pequeña ave llamada Nido que soñaba con ser la mejor cantante del lugar. Su pluma era de un hermoso color azul celeste y tenía un canto dulce como la miel. Nido vivía con su abuela, quien siempre le contaba historias sobre los grandes aves cantores de antaño.

Una mañana, mientras Nido practicaba su canto, su abuela le dijo: "Querida Nido, recuerda que cantar con amor es lo más importante. No se trata solo de la voz, sino de lo que sientes en tu corazón."

Nido asentía, pero aún no entendía del todo lo que su abuela quería decir. Ella soñaba con participar en el gran concurso de canto del bosque, donde el ganador sería el rey o la reina del canto. "Si canto bien, podré vivir aventuras y explorar el mundo", pensó Nido.

Así que comenzó a practicar todos los días. Pero había otro ave, un loro llamado Rolo, que era muy competitivo y siempre se burlaba de los que cantaban. "¡Nunca ganarás! Tu canto es tan flojito como un hilo de agua!" le gritó Rolo un día.

A pesar de las burlas, Nido se mantuvo firme. Recordaba las palabras de su abuela y dedicaba cada trino a todas las criaturas del bosque. Un día, mientras volaba sobre un lago, notó que la vida en sus alrededores también necesitaba un poco de amor. El agua estaba llena de basura y los animales parecían tristes.

En ese momento, Nido tuvo una idea: "¡Voy a cantar para que todos se sientan mejor!". Así que se posó en una rama y comenzó a cantar con todo su corazón: "Siendo un ave veloz, cantando con amor, vamos a limpiar el lago, ¡se llenará de color!".

Los animales del bosque, al escuchar su canto, empezaron a unirse a ella. "¡Vamos a ayudar!" gritaban los conejos y las ardillas. Hasta el oso, que siempre estaba dormido, despertó y se unió a la causa. Juntos, limpiaron el lago y llenaron el bosque de alegría.

El día del concurso de canto llegó. Nido estaba nerviosa, pero también emocionada. Sabía que ya había hecho algo especial por su comunidad. Al subir al escenario, sintió la calidez de los amigos que había hecho. Cuando llegó su turno, miró a su abuela y le sonrió.

"Cantaré para todos ustedes, porque cada uno tiene un lugar en mi corazón", dijo Nido.

Y comenzó a cantar, con una voz más hermosa que nunca. Su canto hablaba del amor, de la amistad y de cómo juntos podían hacer del mundo un lugar mejor. La audiencia estaba sorprendida. Rolo, que estaba a su lado, se quedó callado, sin poder burlarse.

Al finalizar, se escucharon aplausos como nunca antes. El jurado estaba emocionado, y al anunciar el ganador, dijeron: "¡El rey del canto es Nido!". Nido no podía creerlo.

Al recibir su corona, dijo: "Esta victoria no es solo mía, es de todos los que se unieron para volver a hacer brillar nuestro hogar. Cantar con amor lo cambia todo."

Y así, Nido se convirtió en la reina del canto, no solo por su melodía, sino porque había entendido el verdadero significado de las enseñanzas de su abuela: lo más importante no era ganar, sino compartir y hacer el bien. Desde ese día, organizó eventos para seguir cuidando el bosque y aprendió que, al cantar con amor, su voz podía mover montañas.

Y así concluyó la historia de Nido, la pequeña ave que no solo era la mejor cantante, sino también la mejor amiga de todos los animales del bosque. Juntos, aprendieron que el amor puede transformar el mundo, un canto a la vez.