El canto redescubierto de Ramón



Había una vez un pequeño gallo llamado Ramón que vivía en una granja junto a sus amigos, la vaca Lola y el cerdito Pancho.

Todas las mañanas, Ramón se despertaba temprano y cantaba con todas sus fuerzas para anunciar la llegada del nuevo día. Un día, Ramón se levantó como de costumbre, pero al abrir su pico para soltar su hermoso canto, ¡no salió ningún sonido! Ramón intentó una y otra vez, pero nada parecía funcionar.

Estaba muy triste porque no podía hacer lo que más le gustaba: cantar por las mañanas. Lola y Pancho se dieron cuenta de la tristeza de su amigo y decidieron ayudarlo.

Juntos, fueron a buscar a Don Búho, un sabio viejo que vivía en el bosque cercano. Don Búho era famoso por tener respuestas para todo. Al llegar al bosque, encontraron a Don Búho posado en una rama alta.

Le contaron lo que había pasado con Ramón y le pidieron ayuda. Don Búho los escuchó atentamente y les dijo:"Queridos amigos, creo saber cuál es el problema de Ramón. A veces la voz puede quedar atrapada dentro de nosotros mismos cuando estamos demasiado preocupados o asustados".

Los tres amigos miraron a Don Búho con curiosidad esperando más explicaciones. "Ramón", continuó el sabio búho "Debes encontrar tu verdadera voz dentro de ti mismo antes de poder volver a cantar".

Ramón no entendió bien qué quería decir Don Búho con eso de "encontrar su verdadera voz", pero decidió seguir sus consejos. Se fue a un rincón tranquilo de la granja y se quedó allí en silencio, reflexionando sobre lo que había dicho Don Búho.

Pasaron los días y Ramón seguía buscando su verdadera voz. Un día, mientras observaba cómo el sol se ponía detrás de las montañas, escuchó un hermoso canto de pájaros en el aire. Fue entonces cuando entendió lo que Don Búho quería decir.

"Mi verdadera voz no es solo el sonido que sale de mi pico", pensó Ramón "Es también la alegría y la pasión que siento cuando canto". Llena de emoción, Ramón corrió hacia sus amigos y les contó su descubrimiento.

Lola y Pancho estaban felices por él y le dijeron que siempre habían sabido que encontraría su voz otra vez. Al día siguiente, al amanecer, Ramón subió a una cerca alta y soltó un poderoso canto lleno de alegría y pasión.

Todos los animales de la granja se despertaron con una sonrisa en sus rostros al escucharlo. Desde ese día, Ramón cantaba cada mañana con más fuerza y entusiasmo que nunca antes.

Pero esta vez, su canto era mucho más especial porque venía desde lo más profundo de su corazón. La historia del gallo Ramón nos enseña la importancia de creer en nosotros mismos y buscar nuestra verdadera pasión en la vida.

A veces podemos perder nuestro camino o enfrentar obstáculos, pero si encontramos nuestra voz interior, podremos superar cualquier dificultad y ser felices.

FIN.

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