El canto único de Manolo



Había una vez en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, un gallo llamado Manolo.

Era el gallo más bonito y valiente de todo el corral, pero había algo que lo hacía diferente a los demás: ¡no podía cantar! Todos los días al amanecer, los otros animales del corral despertaban con el canto del gallo, pero Manolo solo emitía un extraño graznido.

Esto entristecía mucho al pobre gallo, ya que no podía cumplir su deber de despertar a todos con su hermoso canto. Un día, mientras caminaba por el campo, Manolo se encontró con una tortuga llamada Tita. Ella era sabia y amable, y siempre tenía palabras inspiradoras para compartir. "Hola Manolo", dijo Tita amigablemente.

"He escuchado que estás triste porque no puedes cantar como los demás gallos". Manolo asintió con tristeza y respondió: "Sí, Tita. Me siento inútil y diferente".

Tita sonrió y le dijo: "No te preocupes Manolo, cada uno tiene sus propias habilidades especiales. Solo necesitas encontrar tu verdadera voz". Estas palabras resonaron en la cabeza de Manolo durante toda la noche. Decidió buscar ayuda para descubrir cómo encontrar su verdadero canto.

Al día siguiente, fue a visitar al viejo búho Sabio en lo alto del árbol más grande del bosque cercano.

"Señor Búho", le preguntó Manolo tímidamente," ¿cómo puedo encontrar mi verdadero canto?"El viejo búho miró fijamente a Manolo con sus sabios ojos y le respondió: "Querido Manolo, el canto no siempre está en nuestras cuerdas vocales. A veces, se encuentra en nuestro corazón". "¿En mi corazón?", preguntó Manolo confundido. "Sí", dijo el búho.

"Debes buscar dentro de ti mismo y encontrar lo que te hace feliz. Eso es lo que te ayudará a encontrar tu voz verdadera". Manolo siguió los consejos del viejo búho y comenzó a explorar diferentes actividades.

Probó pintar, bailar e incluso tocar la guitarra, pero ninguna de ellas parecía ser su verdadero don. Un día, mientras caminaba por el campo, Manolo escuchó un hermoso sonido proveniente de un árbol cercano. Se acercó sigilosamente y descubrió a un pequeño pájaro cantando con gran alegría.

"¡Ese es el sonido que quiero hacer!", exclamó emocionado Manolo. El pequeño pájaro dejó de cantar y miró a Manolo sorprendido. "¿Tú quieres cantar como yo?", preguntó el pajarito curioso.

Manolo asintió emocionado y explicó su historia al pequeño pájaro llamado Pepito. Pepito sonrió amablemente y le dijo: "Manolo, todos tenemos nuestra propia voz única. Si intentas imitar mi canto o cualquier otro canto, nunca encontrarás tu propio brillo".

Entonces Pepito enseñó a Manolo cómo escuchar las melodías del viento, los murmullos del río y los trinos de otros animales para inspirarse en su propio canto único. Con el tiempo, Manolo encontró su verdadero canto. Era diferente a cualquier otro gallo, pero era hermoso y lleno de alegría.

Su voz se extendía por todo el pueblo y todos los animales lo escuchaban con admiración. "¡Manolo ha encontrado su voz!", exclamaron emocionados los otros animales del corral.

Desde ese día en adelante, Manolo cantaba cada mañana con orgullo y felicidad. Y aunque no tenía un canto como los demás gallos, su melodía inspiradora les recordaba a todos que cada uno tiene algo especial para ofrecer al mundo.

Y así, Manolo demostró que no importa cuán diferentes seamos, siempre podemos encontrar nuestra propia voz si buscamos dentro de nosotros mismos y nos permitimos brillar con nuestras habilidades únicas.

FIN.

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