El canto valiente de Luisana

Luisana era una niña de pelo castaño muy claro, casi rubio, que siempre tenía una canción en la punta de la lengua.

Le encantaba cantar y lo hacía en cualquier momento y lugar, pero solo cuando estaba sola o con su familia. Un día, en el colegio, la maestra propuso hacer un concurso de talentos donde cada alumno podría mostrar su habilidad especial.

Luisana se emocionó al escuchar la noticia y no pudo evitar pensar en cantar frente a toda la escuela. Sin embargo, la idea le generaba mucha ansiedad y miedo escénico. "¿Vas a participar en el concurso de talentos, Luisana?" -le preguntó su mejor amiga Sofía. "No lo sé...

Me da vergüenza cantar delante de tanta gente", respondió Luisana con timidez. Sofía conocía el talento de su amiga y quería ayudarla a superar sus miedos. Juntas idearon un plan para practicar y ganar confianza antes del gran día del concurso.

Durante las semanas siguientes, Luisana y Sofía se reunieron todos los días después de clases para ensayar. Sofía tocaba la guitarra mientras Luisana cantaba las canciones que más le gustaban.

Poco a poco, Luisana fue perdiendo el miedo a cantar frente a alguien más que no fuera su amiga. Finalmente, llegó el día del concurso de talentos. El auditorio estaba lleno de alumnos, maestros y padres expectantes por ver las actuaciones.

Cuando anunciaron el turno de Luisana, sintió mariposas en el estómago pero recordó todo lo que había practicado junto a Sofía. Con valentía subió al escenario, tomó el micrófono e inició su interpretación.

Al principio temblaba un poco, pero al ver las sonrisas y gestos positivos del público se fue relajando. Su voz resonaba clara y melodiosa por todo el auditorio mientras cantaba una hermosa canción que emocionaba a todos los presentes. Al terminar su actuación, el público estalló en aplausos y ovaciones.

La maestra le entregó un diploma por su valentía y talento demostrados en ese momento tan especial para ella. Desde ese día, Luisana ganó confianza en sí misma y nunca más dudó de su capacidad para cantar frente a los demás.

Aprendió que con esfuerzo, práctica y apoyo de sus seres queridos podía superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino hacia sus sueños.

Y así fue como la pequeña Luisana descubrió que no hay límites cuando se trata de seguir nuestras pasiones y compartir nuestro talento con el mundo.