El canto valiente de Pancho


Había una vez un gallo llamado Pancho que vivía en una granja. Desde muy pequeño, soñaba con ser famoso y cantar para todos los animales de la granja.

Pero había un problema: Pancho era extremadamente tímido y tenía mucho miedo de hacer el ridículo. Todos los días, cuando salía el sol, Pancho veía cómo los demás animales comenzaban a despertarse y a realizar sus actividades diarias.

Las gallinas cacareaban felices, las vacas mugían al comer su pasto y hasta el perro ladreba con alegría. Pero Pancho se quedaba escondido en su rincón del gallinero, sin atreverse a mostrar su talento.

Siempre pensaba que su voz no era lo suficientemente buena o que nadie le prestaría atención si cantara. Un día, mientras caminaba por la granja, vio a un grupo de pollitos jugando cerca del estanque.

Se acercó lentamente hasta ellos y les preguntó:"¿Creen ustedes que soy capaz de cantar bien?"Los pollitos se miraron entre sí y uno de ellos respondió:"¡Claro que sí! Tienes una hermosa voz, pero tienes que creer en ti mismo". Estas palabras resonaron en la cabeza de Pancho durante toda la noche.

Al día siguiente decidió enfrentar sus miedos y mostrarle al mundo su talento. Cuando los primeros rayos del sol iluminaron la granja, Pancho subió al techo del gallinero y abrió su pico para cantar.

Pero justo en ese momento, un fuerte viento sopló arrebatándole las plumas más coloridas de su cola. "¡Ay, mis plumas!" -exclamó Pancho desanimado. Los demás animales de la granja se acercaron para consolarlo. La vaca le dijo:"No te preocupes, Pancho. Las plumas no definen tu talento". El perro agregó:"Exactamente.

Lo importante es que cantes con el corazón". Animado por las palabras de sus amigos, Pancho decidió intentarlo una vez más. Esta vez, cerró los ojos y dejó que su voz saliera sin miedo ni timidez.

Cuando terminó de cantar, todos los animales quedaron maravillados. El sonido melodioso y potente que había salido del pico de Pancho llenaba la granja de alegría y esperanza. Desde ese día, Pancho se convirtió en el gallo más famoso de la granja.

Todos los animales lo admiraban y pedían que les cantara una canción cada mañana. Pancho aprendió una valiosa lección: nunca debemos dejar que nuestros miedos o inseguridades nos impidan mostrar al mundo nuestro verdadero talento.

Si creemos en nosotros mismos y damos lo mejor de nosotros, podemos alcanzar cualquier sueño por grande que sea.

Y así fue como el cuento del tímido gallo Pancho terminó felizmente con un final inspirador para todos aquellos que alguna vez hayan sentido temor a mostrarse tal como son.

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