El capibara poseído
En una hermosa tarde en la selva tropical, Luffy el niño de goma y su fiel amigo Chamoy, el mono travieso, se encontraban jugando entre los árboles y riachuelos.
De repente, un chillido penetrante rompió el dulce sonido de la naturaleza. Luffy y Chamoy siguieron el sonido hasta encontrarse con un capibara poseído por una extraña aura oscura. El capibara, que solía ser amistoso y juguetón, ahora mostraba los ojos rojos y emitía gruñidos amenazadores.
"¡Debemos hacer algo, Chamoy! Esa criatura no es ella misma, algo malo la está controlando", exclamó Luffy con determinación. Chamoy asintió con seriedad. Decidieron enfrentar al capibara poseído y ayudarla a recuperar su verdadero ser.
"¡Capibara, escúchanos! ¡No eres un ser malvado!", gritó Luffy mientras esquivaba los ataques del capibara. Chamoy brincaba ágilmente, buscando una oportunidad para acercarse a la criatura. Con astucia y valentía, lograron atrapar al capibara y llevarlo a un claro en la selva. "Capibara, sabemos que hay bondad en tu corazón.
No dejes que la oscuridad te domine", dijo Luffy con voz firme. El capibara luchaba contra la influencia maligna, emitiendo gruñidos y movimientos bruscos. Sin embargo, Chamoy se acercó con cariño y comenzó a acariciar suavemente al capibara.
Poco a poco, el aura oscura empezó a disiparse, revelando los brillantes ojos amigables de la criatura. El capibara volvió a su forma pacífica y amable, agradeciendo a Luffy y Chamoy por liberarla de la posesión.
Desde ese día, los tres se convirtieron en inseparables amigos, compartiendo divertidas aventuras y enseñanzas sobre la importancia de la amistad, la valentía y la bondad en el corazón.
FIN.