El Cardenal y el Perro
En un pequeño pueblo de Tucumán, en una casa colorada con un hermoso jardín, vivía un pájaro cardenal de brillantes y vibrantes colores. Su nombre era Canelo, y era conocido en el vecindario por su canto melodioso. No muy lejos, en una granja, vivía un perro llamado Toby, que siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.Había una amistad entre los animales del bosque, pero Canelo solía volar alto y no prestaba mucha atención a lo que pasaba en el suelo. Un día, mientras Canelo disfrutaba de su vuelo y cantaba alegremente, vio a Toby atrapado en una trampa de un cazador.
"- ¡Ayuda! ¡Canelo!" gritaba Toby, tratando de liberarse. "- Por favor, ayúdame. No puedo moverme."
Canelo, al escuchar el grito de su amigo, se asustó. Sabía que estaba en juego la vida de Toby, pero volar bajo significaba poner en riesgo su propio bienestar. Sin embargo, la amistad lo impulsó.
"- No te preocupes, Toby. Voy a ayudarte. Por más que me asuste, no te dejaré solo."
El avesito descendió lentamente, analizando la trampa. Para su sorpresa, notó que los barrotes eran muy fuertes y que no podría romperlos solo con su pequeño pico. Pensó en lo que podía hacer.
"- ¿Qué puedo hacer? Tal vez podría buscar ayuda."
Y así voló hacia el bosque, donde encontró a un grupo de animales. Canelo les contó lo que había sucedido, y todos decidieron ir a ayudar a Toby. Un conejo, un gato, y hasta un viejo y sabia tortuga se unieron a la misión.
"- ¡Vamos, amigos! Juntos podremos ayudar a Toby. ¡No hay nada que no podemos hacer si estamos unidos!" incentivó Canelo.
Al llegar a la trampa, el grupo se puso a trabajar. El conejo se metió bajo la trampa y empezó a empujar con todas sus fuerzas. El gato arañó las trampas y la tortuga, con su sabiduría, dio consejos para que trabajaran mejor en equipo.
Finalmente, después de varios intentos y con mucho esfuerzo, lograron liberar a Toby. El perro ladró de alegría.
"- ¡Lo lograste! Chicos, no podría haberlo hecho sin ustedes. ¡Gracias!"
"- Lo hicimos juntos, Toby. La unión hace la fuerza," dijo Canelo, entregándole una humilde sonrisa.
Desde ese día, Canelo y Toby se volvieron los mejores amigos. Canelo aprendió que a veces, tener amigos en el suelo era tan importante como volar alto en el cielo. Y Toby descubrió que el coraje de Canelo podía ser un gran regalo. Juntos, celebraron su amistad cantando y corriendo por todo el pueblo, enseñando a otros la importancia de ayudarse mutuamente y valorar la diversidad.
Y así, Canelo y Toby continuaron compartiendo aventuras, demostrando que no importa qué tan diferentes seamos, siempre hay un lugar para la amistad y la colaboración en el corazón de todos.
FIN.