El carnaval de la amistad
En una selva muy lejana, todos los animales estaban emocionados porque se acercaba el gran carnaval. El sol brillaba en lo alto del cielo y la alegría se sentía en cada rincón del bosque.
Doña Cebra era una cebra muy coqueta y siempre le gustaba estar a la moda. Para el carnaval, decidió disfrazarse con un pijama de rayas multicolores. Se paseaba por la selva mostrando su nuevo atuendo y todos los animales se quedaban asombrados.
El rey de la selva, el león, no quería quedarse atrás. Quería impresionar a todos los demás animales con su disfraz. Decidió presumir su melena rizada utilizando un poco de gel mágico que encontró en una cueva secreta.
Su melena lucía espectacular y todos los demás animales lo admiraban. La serpiente cascabel era conocida por su hermosa voz. Para el carnaval, decidió cantar una función para todos los presentes.
Preparó un escenario improvisado entre las ramas de un árbol y comenzó a entonar melodías encantadoras que llenaron de alegría a toda la selva. Mientras tanto, el koala y el lirón formaron una banda musical muy divertida.
Tomaron unos platillos gigantes hechos con hojas secas y comenzaron a tocarlos al ritmo de la música que entonaba la serpiente cascabel. Todos bailaban al compás mientras disfrutaban del increíble talento musical de estos dos amigos. Sin embargo, había alguien que no estaba contento con el carnaval.
El elefante gigante se sentía triste y excluido porque no sabía cómo participar en la fiesta. Los monos, que eran muy astutos, decidieron ayudarlo.
Se subieron a su espalda y comenzaron a hacer acrobacias increíbles mientras el elefante caminaba por la selva. Todos quedaron maravillados al ver semejante espectáculo. El carnaval continuó con mucha alegría y diversión durante todo el día. Los animales de la selva bailaban, reían y disfrutaban juntos sin importar sus diferencias.
Aprendieron que cada uno tenía algo especial para compartir y que todos eran importantes en ese gran festival de amistad.
Al final del día, los animales se despidieron con abrazos y prometieron volver a encontrarse para seguir celebrando la vida en la selva. Cada uno guardó un hermoso recuerdo de aquel carnaval mágico donde aprendieron la importancia de aceptarse mutuamente y valorar las habilidades únicas que cada uno posee.
Y así, en aquella selva lejana, los animales vivieron muchas aventuras más gracias al poder del amor, la amistad y la diversión compartida en aquel inolvidable carnaval.
FIN.