El Carnaval de los Surfistas
En el colegio La Alegría, los niños de 8 años estaban emocionados. Era el día del carnaval y todos se habían disfrazado de surfistas. Con sus uniformes de polo blanco y shorts coloridos, lucían como auténticos amantes del mar. Los niños corrían por el patio de recreo, con sus tablas de cartón listas para conquistar las olas imaginarias. El entusiasmo se respiraba en el aire.
De repente, el timbre sonó anunciando la próxima clase. Sin embargo, la maestra, la Sra. Marta, les propuso un desafío inusual. -Chicos, ¿qué les parece si intentamos tirar desde el medio campo del baloncesto? Todos se sorprendieron, pero aceptaron el desafío con entusiasmo. Uno por uno, los pequeños lanzaron el balón con todas sus fuerzas. ¡Y de repente, uno de ellos encestó! Fue una euforia total. Parecía que el espíritu del carnaval les había dado súper poderes.
Pero las sorpresas no terminaban allí. Mientras estaban disfrutando de su logro, una música alegre resonó en el aire. Todos se volvieron para descubrir a los Reyes Magos llegando al colegio. Los niños se arremolinaron a su alrededor, emocionados por la presencia de estos distinguidos visitantes. Los Reyes Magos, con una sonrisa cariñosa, comenzaron a repartir regalos a cada niño. Fue un momento mágico lleno de alegría y gratitud. Los niños se sentían como reyes y reinas por un día.
Después de este emocionante evento, la Sra. Marta tuvo otra idea. -¿Qué les parece si bailamos un villancico de una manera diferente? Les enseñaré un poco de freestyle y ustedes agregarán sus propios movimientos. Los ojos de los niños brillaron de emoción ante la perspectiva de un baile inusual. Juntos, practicaron pasos improvisados y gestos originales. El resultado fue un espectáculo encantador que combinaba la tradición con la creatividad de los niños.
Pero la emoción continuó en la semana siguiente, cuando el colegio organizó una excursión al teatro. Los niños se maravillaron con las luces brillantes, los decorados impresionantes y las actuaciones cautivadoras. Para muchos, fue su primera experiencia teatral, llena de asombro y deleite. Al regresar al colegio, no hacían más que hablar de sus partes favoritas y de cómo les gustaría ser actores algún día.
Así, en el colegio La Alegría, los niños vivieron el carnaval como surfistas intrépidos, conquistaron desafíos increíbles, recibieron regalos con gratitud, bailaron villancicos de forma innovadora y descubrieron la magia del teatro. Fue una semana llena de momentos inolvidables que les enseñaron sobre la creatividad, el trabajo en equipo, la gratitud y la apertura a nuevas experiencias. Y, sobre todo, les recordó que la vida siempre puede ser una excitante aventura.
FIN.