El carpincho y el don de la amistad
En las vastas llanuras de Uruguay, existía una leyenda que contaba por qué el carpincho era conocido como el animal más amigable de todos.
Según la historia transmitida de generación en generación, todo comenzó cuando el Dios creador, Sepé, decidió dotar a cada animal con un don especial. Un día, convocó a la mulita, el gato montés y el ñandú a su presencia. "Queridos animales, he decidido otorgarles un don único a cada uno de ustedes.
A la mulita le concedo la astucia, al gato montés la agilidad y al ñandú la velocidad deslumbrante", proclamó Sepé. Pero cuando llegó el turno del carpincho, el Dios creador dudó por un momento.
Sabía que debía otorgarle algo excepcional, algo que lo distinguiera entre los demás animales. Luego de reflexionar, Sepé anunció: "Carpincho, tú serás bendecido con el don de la amistad. Serás el más amigable y compasivo de todos los habitantes de estas tierras".
El carpincho, agradecido, abrazó a cada uno de los demás animales con ternura. A partir de ese día, el carpincho se convirtió en el pacificador de la llanura, ayudando a resolver disputas y cuidando de sus compañeros animales.
Su amistad era tan sincera y reconfortante que todos acudían a él en busca de consejo y apoyo. La mulita recurría a él en busca de consuelo, el gato montés lo buscaba para encontrar paz interior y el ñandú valoraba su compañía en sus momentos más solitarios.
A lo largo de los años, el carpincho se ganó el afecto de todos, su don de la amistad se transformó en su legado duradero.
Desde entonces, el carpincho se convirtió en un símbolo de amistad y compañerismo en las tierras de Uruguay, recordando a todos que la verdadera riqueza reside en la bondad y en el cuidado mutuo.
FIN.