El carrito de madera



en su pequeña casa en el campo. Un día, mientras jugaban en el jardín, Regina notó que Bjorn estaba un poco triste. - ¿Qué pasa, hermanito? -preguntó Regina preocupada.

- Es que mañana es mi cumpleaños y no tengo ningún regalo -respondió Bjorn con lágrimas en los ojos. Regina se sintió muy triste al ver a su hermano así y decidió hacer algo al respecto.

Se encerró en su habitación y empezó a pensar cómo podía sorprender a Bjorn. Después de mucho pensar, Regina tuvo una idea brillante: ¡iba a construirle un carrito de madera! Sabía que era lo que más le gustaba a su hermano y estaba segura de que le encantaría tener uno propio.

Regina pasó toda la noche trabajando duro en secreto para terminar el carrito antes del cumpleaños de Bjorn. Finalmente, cuando llegó el gran día, llevó a Bjorn al jardín y le mostró su regalo sorpresa.

- ¡Feliz cumpleaños, hermanito! -dijo Regina emocionada mientras le entregaba el carrito recién terminado. Bjorn se quedó sin palabras al ver lo bonito que era el carrito y no podía dejar de sonreír mientras daba vueltas por todo el jardín.

Se sentía feliz y amado gracias al increíble gesto de su hermana menor. Pero la felicidad no duraría mucho tiempo ya que ese mismo día una tormenta fuerte llegó al pueblo donde vivían.

Vientos huracanados soplaron por todas partes y los árboles comenzaron a caerse. La casa de Regina y Bjorn no fue la excepción y terminó completamente destruida. Regina y Bjorn se sintieron muy tristes al ver su hogar en ruinas, pero sabían que debían hacer algo para salir adelante.

Fue entonces cuando recordaron el carrito de madera que Regina había construido con tanto amor para su hermano. - ¡Podemos usar el carrito como refugio temporal! -exclamó Bjorn emocionado. Y así lo hicieron.

Usaron el carrito como refugio mientras trabajaban juntos para reconstruir su hogar. Era pequeño, pero era cálido y acogedor gracias al amor que habían puesto en él. Finalmente, después de semanas de trabajo duro, lograron reconstruir su hogar incluso mejor que antes.

Y aunque ya no necesitaban el carrito como refugio, decidieron mantenerlo como un recuerdo del amor y la fortaleza que les permitió superar cualquier dificultad juntos.

Desde ese día en adelante, Regina y Bjorn aprendieron la importancia del trabajo en equipo, la perseverancia y sobre todo del amor incondicional entre hermanos.

FIN.

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