El carro valiente



Había una vez un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, donde todos los carros eran felices y se divertían juntos.

Pero había un carro llamado Carlitos que siempre se sentía triste y solitario porque tenía una rueda rota y no podía moverse como los demás. Un día, mientras paseaba por las calles del pueblo, Carlitos oyó risas y música provenientes de la plaza principal.

Se acercó curioso y vio a todos los carros jugando y bailando al ritmo de la música. Quiso unirse a ellos, pero su rueda rota le impedía hacerlo. Carlitos suspiró con tristeza cuando vio cómo los otros carros se alejaban para seguir disfrutando de la fiesta.

Fue entonces cuando escuchó una voz amable que le dijo:"¡Hola, Carlitos! ¿Por qué estás tan triste?"Carlitos levantó la vista y vio a Lucas, el carro más popular del pueblo. "Hola, Lucas", respondió Carlitos con voz apagada.

"Estoy triste porque mi rueda está rota y no puedo jugar ni bailar como ustedes". Lucas sonrió comprensivamente y le dijo:"No te preocupes, Carlitos. Yo sé cómo ayudarte". Y así fue como Lucas llevó a Carlitos hasta Don Tornillo, el mecánico del pueblo.

Don Tornillo examinó detenidamente la rueda de Carlitos y dijo:"No te preocupes, pequeño amigo. Puedo arreglar tu rueda en un abrir y cerrar de ojos". Después de unos minutos de trabajo duro, Don Tornillo terminó de reparar la rueda de Carlitos.

El carro se sentía emocionado y agradecido. "¡Muchas gracias, Don Tornillo! Ahora puedo moverme como los demás carros", exclamó Carlitos con alegría. Carlitos regresó a la plaza principal justo a tiempo para unirse al juego de carreras que estaban organizando.

Corrió junto a sus nuevos amigos y disfrutó cada segundo de aquel día maravilloso. Desde ese día, Carlitos se convirtió en el carro más feliz del pueblo.

Aprendió que no importaba si tenía alguna dificultad o limitación, siempre habría alguien dispuesto a ayudarlo y hacerlo sentir especial. Y así, Villa Alegre vivió días llenos de risas y diversión gracias al pequeño carro que aprendió a superar sus obstáculos y nunca dejó de sonreír.

FIN.

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