El castillo de las uvas mágicas
En una isla lejana, vivía un elefante llamado Tronqui, que era muy curioso y siempre estaba en busca de aventuras.
Un día, mientras caminaba por la playa, se encontró con un grupo de amigos que estaban organizando una fiesta para celebrar el cumpleaños de Pepito, el loro más alegre de la isla. - ¡Hola Tronqui! ¿Quieres venir a nuestra fiesta? -le preguntó Lola, la jirafa. - ¡Claro que sí! Me encantan las fiestas -respondió emocionado Tronqui.
La fiesta estaba llena de colores y alegría. Había globos, música y una gran mesa llena de deliciosas frutas. Pero lo que más llamó la atención de Tronqui fueron unas hermosas uvas gigantes que brillaban bajo el sol.
- ¡Wow! ¡Qué uvas tan grandes y jugosas! Nunca había visto unas así -exclamó Tronqui sorprendido. - Sí, son especiales. Las cultivamos con mucho amor en nuestro huerto mágico -explicó Lolo, el mono travieso.
Tronqui probó las uvas y quedó maravillado por su sabor dulce y refrescante. Quiso llevar algunas a casa para compartir con sus amigos del bosque, pero no sabía cómo transportarlas sin aplastarlas en el camino.
Fue entonces cuando Pepito tuvo una brillante idea: construir un castillo con dibujos en la arena para proteger las uvas durante el viaje. Todos los amigos se pusieron manos a la obra y comenzaron a crear torres, murallas y pasadizos decorados con almejas marinas y palitos de colores.
- ¡Listo! Ahora puedes llevar las uvas en tu propio castillo portátil -dijo Pepito orgulloso del resultado.
Tronqui agradeció emocionado a sus amigos por su ayuda y emprendió el camino de regreso al bosque con su preciado tesoro resguardado en el castillo de arena. Por suerte, llegó sano y salvo gracias a la ingeniosa idea de sus amigos. Desde ese día, Tronqui aprendió que trabajar en equipo y pensar creativamente podía resolver cualquier problema.
Y cada vez que quería compartir algo especial con sus amigos del bosque, recordaba aquel castillo con dibujos en la arena que le había enseñado una valiosa lección: la amistad es el mejor tesoro que se puede tener.
Y así vivieron felices para siempre en aquella isla llena de magia y diversión.
FIN.