El Castillo de los Dinosaurios



En un reino lejano, donde los prados eran verdes y las montañas tocaban el cielo, había un castillo magnífico que pertenecía a la familia real. Los reyes, la reina Mariana y el rey Fernando, eran muy queridos por su pueblo, y cada año organizaban un gran festival en el castillo para celebrar la amistad y la paz.

Un día, mientras revisaban los preparativos para el festival, la reina Mariana miró por la ventana y exclamó:

- ¡Mirá, Fernando! ¡Hay algo grande y brillante en el bosque!

Intrigados, decidieron investigar. Montaron sus caballos y partieron hacia el bosque, donde encontraron algo increíble: un enorme dinosaurio de color verde esmeralda, con ojos grandes y amables.

- ¡Hola, reyes! – dijo el dinosaurio con una voz profunda pero amistosa. – Soy Django, el guardián del bosque.

Los reyes, sorprendidos pero no asustados, se acercaron lentamente.

- ¿Un dinosaurio? Esto es increíble. Nunca habíamos conocido a uno – dijo el rey Fernando, emocionado.

Django sonrió y continuó:

- Vivo aquí desde hace mucho tiempo, cuidando de la naturaleza. He escuchado sobre el festival que están organizando y me encantaría participar.

La reina Mariana, siempre dispuesta a ayudar y aprender sobre la naturaleza, dijo:

- ¡Sería un honor! Tu presencia haría que el festival sea aún más especial.

Ambos reyes invitaron a Django a su castillo. Pero justo cuando estaban volviendo, un viento fuerte llegó, y un grupo de dragones voladores apareció, oscureciendo el cielo.

- ¡Rápido, reyes! – gritó Django. – ¡Debemos proteger el castillo y el festival!

Los dragones, aunque parecían aterradores, estaban allí por una razón: querían que Django regresara al bosque, ya que temían que los humanos lo alejaran.

- Django, ven con nosotros – dijo el dragón líder, de escamas doradas. – No deberías estar aquí.

Django, confundido, respondió:

- Pero yo quiero ser amigo de los humanos. Quiero mostrarles que tenemos mucho que aprender de la naturaleza.

Los reyes lo apoyaron, afirmando:

- Django tiene razón. En vez de pelear, deberíamos hablar y entendernos mejor. Tal vez ustedes también puedan unirse al festival.

Los dragones, sorprendidos por la propuesta, comenzaron a discutir entre ellos. Al final, el dragón dorado se acercó y dijo:

- Bueno, quizás tengamos algo que aprender de este reino después de todo.

Así que los reyes, Django y los dragones decidieron trabajar juntos y planear el festival de una manera especial, que celebrara la amistad entre humanos y criaturas mágicas. Cuando llegó el día del festival, tanto los humanos como los dragones se unieron, trayendo consigo juegos, música y sorpresas para todos.

La reina Mariana organizó un taller de cuentos, donde Django y los dragones compartieron historias de sus vidas en el bosque, enseñando a los niños acerca de la importancia de cuidar el medio ambiente.

- Nosotros, los dragones, a veces necesitamos su ayuda para que el bosque siga siendo un lugar mágico – explicó el dragón dorado, mientras destilaba sabiduría desde las alturas.

El ambiente se llenó de risas y baile. Los niños pintaron murales en las paredes del castillo, representando escenas de la vida en el bosque, mostrando la belleza de la naturaleza y la magia de la coexistencia.

Al finalizar el festival, Django se acercó a los reyes y dijo:

- Gracias por abrirme las puertas de su hogar. Ahora sé que la amistad puede florecer entre todas las criaturas, sin importar lo diferentes que sean.

El rey Fernando sonrió y respondió:

- Y nosotros hemos aprendido que, juntos, podemos hacer cosas maravillosas. Este castillo siempre será un lugar de bienvenida para todos.

Así, el castillo se convirtió en un símbolo de unidad y amor por la naturaleza. Django, los dragones, los reyes y el pueblo trabajaron juntos desde entonces, cuidando el bosque y celebrando la amistad, aprendiendo a valorar cada día lo que tenían y lo que podían ofrecer.

Y así, el curioso dinosaurio y los justos reyes demostraron que, con valentía y amor, se pueden alcanzar grandes logros y cuidar de nuestro planeta. Desde aquel día, cada año el festival tuvo un nuevo nombre: "La Fiesta de la Amistad y la Naturaleza", donde todos, humanos y criaturas, celebraban juntos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!