El castillo de los ratones danzantes



Había una vez dos amigas llamadas Florencia y Gabriela, quienes eran muy aventureras y siempre estaban buscando nuevas emociones. Un día, decidieron visitar unos castillos antiguos que se encontraban en un bosque cercano a su ciudad.

Con gran entusiasmo, las amigas empacaron sus mochilas con todo lo necesario para la expedición: agua, comida y una linterna por si acaso se hacía de noche. Se dirigieron al bosque mientras el sol brillaba radiante en el cielo.

Al llegar al lugar, quedaron maravilladas con los imponentes castillos que se erguían frente a ellas. Parecían sacados de un cuento de hadas. Sin embargo, justo cuando estaban a punto de entrar en uno de ellos, comenzó a llover torrencialmente.

-¡Oh no! -exclamó Florencia-. ¿Qué vamos a hacer ahora? Gabriela sonrió y dijo: -No te preocupes, Florencia. No hay nada que la lluvia pueda arruinar nuestra aventura. Vamos a encontrar una manera de divertirnos aún bajo la lluvia.

Ambas comenzaron a explorar los alrededores del castillo principal hasta que encontraron una puerta lateral entreabierta que parecía llevar a un pasadizo secreto dentro del castillo. -¡Mira esto! -dijo Gabriela emocionada-.

¡Tenemos nuestro propio camino secreto! Las chicas entraron al pasadizo oscuro y caminaron cautelosamente hacia adelante utilizando la linterna para iluminar su camino. A medida que avanzaban, descubrieron habitaciones llenas de tesoros antiguos y cuadros misteriosos. De repente, escucharon un ruido proveniente de una sala cercana.

Con curiosidad, se acercaron sigilosamente y vieron a un grupo de ratones vestidos con elegantes trajes bailando al ritmo de la música que sonaba en el fondo. -¡Qué sorpresa! -exclamó Florencia-.

¡Ratones bailarines! Las amigas se quedaron observando fascinadas el espectáculo improvisado que los ratones habían preparado para ellas. Los pequeños roedores saltaban y giraban con gracia mientras las chicas aplaudían emocionadas.

Después de disfrutar del baile, continuaron explorando el castillo hasta llegar a una biblioteca llena de libros antiguos. Allí encontraron uno muy especial que parecía tener poderes mágicos. Al abrirlo, las palabras cobraron vida y comenzaron a flotar por encima de ellas.

Las palabras les susurraban historias maravillosas y les enseñaban lecciones importantes sobre la amistad, la valentía y el amor por la naturaleza. Florencia y Gabriela aprendieron mucho durante su aventura bajo la lluvia en aquel castillo antiguo.

Aprendieron que no importa si las cosas no salen como se planean, siempre hay algo maravilloso esperando a ser descubierto si tienes una mente abierta y un corazón valiente. Cuando finalmente salieron del castillo, dejó de llover y apareció un hermoso arcoíris en el cielo como señal de buena fortuna.

Las chicas regresaron a casa con recuerdos felices en sus corazones y una gran lección aprendida: nunca dejes que la lluvia arruine tus planes, porque siempre hay aventuras esperando a ser vividas.

FIN.

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