El Castillo de los Sueños



En un hermoso reino medieval, rodeado de colinas verdes y cebras que correteaban por el campo, se alzaba un majestuoso castillo. Este castillo no era como los demás; tenía torres tan altas que parecían tocar el cielo, y puertas tan grandes que solo un gigante podría abrirlas. Era el Castillo de los Reyes, donde vivían dos grandes amigos: YU Hang, un joven muy curioso, y Pedro, un caballero valiente.

Un día, mientras YU Hang exploraba el jardín del castillo, encontró un viejo mapa escondido debajo de una piedra. "¡Pedro, ven a ver esto!"- gritó emocionado. Pedro, que estaba practicando su esgrima, dejó su espada a un lado y corrió hacia su amigo.

"¿Qué descubrieron?"- preguntó Pedro, mirando la sonrisa de YU Hang.

"¡Mira! Este mapa parece señalar un tesoro escondido en el bosque encantado!"- exclamó YU Hang, con los ojos brillando de emoción.

"¡Vayamos a buscarlo!"- propuso Pedro.

Después de prepararse, los amigos partieron hacia el bosque. A medida que se adentraban, el ambiente cambiaba; los árboles eran más altos y sus hojas susurraban historias antiguas. De repente, un rayo de luz brilló entre dos troncos.

"¿Viste eso?"- preguntó YU Hang.

"Sí, parece que alguien nos está guiando."- respondió Pedro, intrigado.

Los amigos decidieron seguir la luz y encontraron un pequeño claro en el bosque. En el centro, había un hermoso lago que reflejaba los colores del arcoíris. En la orilla, un anciano de larga barba blanca los miraba con una sonrisa.

"¿Son ustedes los que buscan el tesoro?"- preguntó el anciano.

"Sí, señor. Encontramos un mapa y..."- comenzó YU Hang, pero el anciano lo interrumpió.

"El verdadero tesoro no es oro ni joyas. El verdadero tesoro es el valor de la amistad y las aventuras que compartimos. ¿Están dispuestos a demostrar esto?"- dijo, guiñando un ojo.

Pedro y YU Hang se miraron, confundidos pero emocionados. "Sí, haremos lo que sea necesario!"- respondió Pedro valientemente.

"Muy bien. Necesito que me ayuden a resolver tres desafíos. Si lo logran, el tesoro será suyo."- dijo el anciano y levantó su mano mágica.

El primer desafío fue ayudar a un pájaro herido que caía del cielo. YU Hang y Pedro buscaron hojas y ramitas para hacer un pequeño nido y lograron curar al pájaro.

El segundo desafío consistía en recolectar agua de un arroyo que fluía rápido. Trabajando en equipo, Pedro sostuvo a YU Hang mientras este llenaba una jarra con agua.

El tercer y último desafío fue construir un refugio para un zorro que estaba atrapado en arbustos espinosos. Con trabajo en equipo, los amigos liberaron al zorro, quien los miró agradecido.

"Han demostrado su valentía y amistad"- dijo el anciano, mientras agitaba su varita. "Por eso, les otorgo el verdadero tesoro."-

De repente, el lago comenzó a brillar y del agua emergieron pequeñas perlas doradas, que susurraban historias de amistad y amor. El anciano sonrió mientras les entregaba las perlas.

"Estas perlas son el recordatorio de que la verdadera riqueza es el valor de un amigo y las aventuras que compartimos. Llévenlas a su castillo y cuenten sus historias."- dijo el anciano.

Feliz, YU Hang y Pedro regresaron al castillo, llenos de emoción por su aventura. A partir de ese día, cada vez que miraban las perlas, recordaban las valiosas lecciones que aprendieron sobre la amistad y el trabajo en equipo.

"No hay mayor tesoro que un buen amigo a nuestro lado"- dijo YU Hang.

"Y las aventuras que compartimos son las que llenan nuestro corazón de alegría"- añadió Pedro.

Así, en el Castillo de los Reyes, los amigos continuaron explorando el mundo juntos, siempre dispuestos a ayudar a quienes lo necesitaban y a aprender más sobre la vida. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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