El Castillo Mágico de Arcoíris



Había una vez, en un pueblo lejano, un castillo mágico que se alzaba en lo alto de una colina. Este castillo, conocido como el Castillo Arcoíris, tenía paredes brillantes que cambiaban de color según el día. La gente del pueblo decía que dentro del castillo vivía una niña llamada Lila, que tenía el poder de hacer realidad los sueños.

Un día, un niño llamado Lucas decidió aventurarse hasta el Castillo Arcoíris. "¿Cómo será Lila?"-, se preguntaba mientras subía la colina. Cuando llegó a la puerta, esta se abrió sola y dejó ver un vestíbulo lleno de luces y colores.

"¡Hola! Bienvenido al Castillo Arcoíris"-, gritó Lila, quien era una niña de cabello rizado y ojos brillantes. "¿Estás listo para hacer un deseo?"-

Lucas, sorprendido, susurró: "Quiero... quiero volar como un pájaro!"-

Lila sonrió. "Eso es fácil. Solo necesitas un poco de magia. ¡Vamos!"-

Juntas, se dirigieron a la sala de los sueños, donde Lila tomó una varita mágica y agitó su mano. De repente, una nube de polvo brillante llenó la habitación y, en un instante, Lucas sintió que flotaba.

"¡Mirá! ¡Estoy volando!"-, exclamó, mientras giraba y hacía acrobacias en el aire.

Pero, al poco tiempo, Lucas se dio cuenta de que necesitaba bajar. "Lila, me gustaría aterrizar ahora, por favor!"-

"¡Claro!"-, respondió Lila, sacudiendo la varita nuevamente. Lucas descendió con suavidad y, aunque estaba muy emocionado, se sintió un poco mareado.

"¿Qué te parece volar?"-, preguntó Lila.

Lucas sonrió. "¡Es increíble! Pero creo que prefiero mantener los pies en la tierra. Me gusta sentir la brisa, pero también quiero jugar con mis amigos en el parque"-.

Lila lo miró con ternura. "Eso está perfecto, Lucas. La magia está en disfrutar de cada momento, ya sea volando o jugando con amigos"-

Después de un rato, Lila le propuso otro deseo. "¿Qué más quisieras hacer?"-

Lucas pensó por un momento y contestó: "Me gustaría aprender a ayudar a los demás, como tú"-

"¡Esa es una idea maravillosa! Vamos a hacer un deseo juntos"-, dijo Lila. Juntas, cerraron los ojos y formularon su deseo.

De repente, lucieron hechas de cristal y los reflejos de colores las rodearon. Lucas sintió que su corazón se llenaba de alegría, y cuando abrieron los ojos, estaban en el pueblo, rodeados de niños.

Lila les enseñó a Lucas y a los demás niños a compartir y a ayudar a los que necesitaban compañía.

"Ahora, tenemos un tesoro mucho más valioso que volar"-, dijo Lila. "El tesoro de la amistad y la bondad"-

Así, Lucas y sus amigos descubrieron que aunque el Castillo Arcoíris era un lugar especial, la verdadera magia estaba en lo que podían hacer juntos.

Desde ese día, Lucas y Lila se convirtieron en grandes amigos y pasaron muchas aventuras ayudando a los demás y compartiendo risas, y así, el amor y la amistad siempre brillarían tan intensamente como los colores del castillo.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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