El Castillo Solidario


Había una vez en un jardín de infantes muy especial llamado "Rayitos de Sol", donde los preescolares vivían aventuras increíbles y aprendían cosas nuevas todos los días.

En este jardín, la maestra Ana era muy querida por todos los niños, ya que siempre tenía actividades divertidas preparadas para ellos. Un día, la maestra Ana les propuso a sus alumnos hacer un proyecto especial: construir un gran castillo con cajas de cartón.

Los niños estaban emocionados con la idea y se pusieron manos a la obra. Cada uno tomó una caja y comenzaron a decorarlas con pinturas de colores brillantes, convirtiéndolas en torres altas y murallas imponentes.

- ¡Miren qué lindo quedó mi torre! -exclamaba Julieta mientras pegaba brillantina plateada en su caja. - ¡Mi muralla es la más fuerte de todas! -gritaba Martín mostrando orgulloso su creación. Así pasaron toda la mañana trabajando juntos, ayudándose unos a otros y compartiendo materiales.

Cuando terminaron, el castillo lucía espectacular, parecía sacado de un cuento de hadas. La maestra Ana estaba impresionada con el trabajo en equipo de los niños y decidió premiarlos con una merienda especial al aire libre.

Mientras disfrutaban de sus sándwiches y jugos naturales bajo un árbol frondoso, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque cercano. Todos se miraron sorprendidos y la maestra les propuso ir a investigar juntos. Con valentía, los preescolares se adentraron en el bosque siguiendo el sonido misterioso.

Entre risas y juegos, llegaron a una pequeña laguna donde descubrieron a un pajarito atrapado entre las ramas de un arbusto.

Sin dudarlo ni un segundo, los niños se organizaron para rescatar al pajarito: Martín trepó al árbol para soltar las ramas, Julieta extendió su pañuelo para atraparlo cuando cayera y los demás daban indicaciones desde abajo. Finalmente, el pajarito voló libre hacia el cielo azul mientras los preescolares celebraban su hazaña con abrazos y aplausos.

La maestra Ana les explicó lo importante que es ayudar a quienes lo necesitan y cómo trabajar en equipo puede lograr cosas maravillosas. Esa tarde regresaron al jardín llenos de alegría y orgullo por lo que habían logrado juntos.

El castillo de cartón seguía en pie como símbolo del trabajo en equipo y la solidaridad que habían demostrado. Los preescolares aprendieron una gran lección ese día: que cuando se trabaja unidos no hay obstáculo que no puedan superar.

Y así continuaron viviendo nuevas aventuras en "Rayitos de Sol", donde cada día era una oportunidad para aprender algo nuevo y crecer felices juntos.

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