El celular respetuoso

En un tranquilo barrio de Buenos Aires, vivía Martín, un adolescente de 15 años al que le encantaba pasar horas frente a su celular. Sus padres, Ana y Pablo, le habían pedido en varias ocasiones que moderara su uso, pero Martín siempre los ignoraba.

Un día, cansados de la desobediencia de su hijo, decidieron tomar una decisión radical. Se acercaron a Martín y le explicaron: "Martín, entendemos que te gusta utilizar el celular, pero necesitamos que respetes las normas de la casa. A partir de ahora, tu celular estará en 'modo respetuoso'. Esto significa que solo funcionará si demuestras respeto y obediencia hacia nosotros." Martín, incrédulo, aceptó el desafío.

Al principio, Martín continuó desobedeciendo, pero pronto se dio cuenta de que su celular realmente respondía a su comportamiento. Si levantaba la voz o no cumplía con sus tareas, el celular dejaba de funcionar. Intrigado, Martín empezó a cambiar su actitud. Empezó a ayudar en casa, a hablar con respeto y a escuchar a sus padres. Para su sorpresa, el celular respondía positivamente, premiando su buen comportamiento con tiempo de pantalla.

Con el tiempo, Martín se convirtió en un verdadero ejemplo de respeto y colaboración. Su relación con sus padres mejoró notablemente, y su celular ya no era una distracción constante, sino una herramienta para comunicarse y aprender.

Desde entonces, Martín comprendió la importancia del respeto y la obediencia, y su celular 'respetuoso' se convirtió en un recordatorio de que las acciones positivas traen recompensas positivas.