El cerdito aventurero
Había una vez en un hermoso bosque, un cerdito muy curioso llamado Manchitas. Un día, Manchitas decidió aventurarse más allá de su zona segura y se internó en lo más profundo del bosque.
Mientras exploraba, sin darse cuenta, se adentró tanto que terminó perdiéndose. -¡Oh no, estoy perdido! -exclamó Manchitas, asustado. Pero en lugar de llorar, decidió buscar una solución. Decidió preguntar a los animales del bosque para ver si alguno lo podía orientar.
-¿Hola, señor Conejo, ha visto usted mi camino de regreso a casa? -preguntó Manchitas. -Lo siento, pequeño cerdito, yo también me encuentro algo perdido por aquí -respondió el Conejo. Manchitas no se rindió y siguió preguntando a otros animales, pero ninguno tenía la respuesta.
Desalentado, decidió sentarse y reflexionar sobre qué hacer. En ese momento, vio una mariposa pasar volando. -¡Eh, pequeña mariposa, podrías ayudarme a encontrar el camino a casa? -le preguntó esperanzado. La mariposa, conocida por su sabiduría sobre el bosque, accedió a ayudarlo.
Le indicó a Manchitas cómo reconocer las señales del bosque para que encontrara su hogar.
Gracias a la guía de la mariposa, Manchitas no solo encontró el camino de regreso a casa, sino que también aprendió a orientarse en el bosque. Desde entonces, el cerdito se convirtió en un gran explorador, ayudando a otros animales perdidos a encontrar su camino. Y aunque le gustaba la aventura, nunca más se perdió debido a su nueva sabiduría.
Y así, Manchitas demostró que con valentía y sabiduría, uno puede superar cualquier desafío.
FIN.