El cerdito intrépido y el lobo temeroso
Había una vez un cerdito llamado Chanchito, que vivía en una granja rodeado de otros animalitos. Chanchito era muy curioso y siempre estaba buscando aventuras nuevas.
Un día, mientras exploraba el bosque cercano a la granja, se encontró con un lobo feroz. El lobo estaba hambriento y vio en Chanchito su próxima comida. Se acercó lentamente hacia él, mostrando sus afilados dientes y gruñendo amenazadoramente.
Pero Chanchito no era un cerdito común y corriente, ¡era valiente y astuto! Chanchito sabía que tenía que hacer algo rápido para protegerse. Entonces, tuvo una idea brillante: decidió asustar al lobo antes de que pudiera atacarlo.
Con toda su fuerza, Chanchito comenzó a gruñir tan fuerte como pudo e infló su barriguita lo más grande posible. El lobo se sorprendió tanto por el ruido poderoso del cerdito como por su apariencia imponente. -¡Aaaah! -gritó el lobo asustado-.
¿Qué eres? ¡Eres enorme! Chanchito aprovechó la oportunidad para continuar con su plan audaz. -Soy el cerdito más poderoso del mundo -respondió con voz firme-, y si me intentas comer te arrepentirás. El lobo retrocedió temeroso ante las palabras del valiente cerdito.
Nunca había visto a un cerdo tan decidido y valiente antes. -P-pero yo soy un lobo feroz... -balbuceó el lobo-. No tengo miedo de nada. Chanchito sonrió con picardía y le dijo:-Oh, sí, claro.
Pero ¿sabes qué? Yo soy amigo de todos los animales del bosque y si me haces daño, ellos vendrán en mi ayuda. El lobo se quedó pensativo. No quería enfrentarse a un cerdito tan poderoso ni a todos los demás animales del bosque que podrían ayudarlo.
Decidió retirarse y buscar comida en otro lugar menos peligroso. Chanchito había logrado asustar al lobo y protegerse a sí mismo. Estaba orgulloso de su valentía y astucia.
Regresó triunfante a la granja y compartió su historia con sus amigos animales. A partir de ese día, Chanchito se convirtió en un héroe para todos los animalitos del bosque. Todos aprendieron que no importa cuán pequeños sean, pueden enfrentar cualquier desafío si confían en sí mismos y utilizan su ingenio.
Y así, Chanchito vivió felizmente rodeado de amigos que lo admiraban por su valentía y astucia. Siempre recordaron la lección que les enseñó: nunca subestimes el poder de un cerdito audaz como él.
Y colorín colorado, esta historia ha terminado con una moraleja muy importante: ¡nunca te rindas ante las adversidades porque siempre hay una manera de superarlas!
FIN.