El cerdito que aprendió a cuidarse
En una granja, vivían muchos animales. Entre ellos, había un cerdito llamado Pancho, quien era muy travieso y, sobre todo, muy cochino. A Pancho no le gustaba bañarse, le encantaba revolcarse en el lodo y siempre estaba sucio. Su amiga, la gallina Carmela, le advertía que si no se bañaba, podría enfermarse, pero el cerdito no le prestaba atención.
Un día, Pancho se levantó con fiebre y dolor de cabeza. Estaba tan enfermo que no podía levantarse de su camita de paja. La gallina Carmela se acercó a su amigo preocupada y le dijo: - '¡Te lo dije, Pancho! Si no te bañas y cuidas de tu higiene, te enfermas. Ahora sí vas a tener que cuidarte mucho.'
Pancho se sintió muy arrepentido. A partir de ese día, entendió lo importante que era mantenerse limpio y cuidar de su salud. La gallina Carmela le ayudó a bañarse, y el cerdito descubrió que le gustaba sentirse fresco y limpio. A medida que iba recuperándose, Pancho aprendió a ser más responsable con su higiene, bañándose regularmente y manteniendo su espacio ordenado.
Con el tiempo, Pancho se convirtió en un cerdito más saludable y feliz. Sus amigos en la granja notaron el cambio y lo felicitaron por su nueva actitud. Carmela se sintió muy orgullosa de su amigo y le dijo: - '¡Bravo, Pancho! Has aprendido una gran lección. Cuidar de ti mismo es muy importante, y me alegra verte tan bien.'
Desde entonces, Pancho se convirtió en un ejemplo para los demás animales. Les enseñó la importancia de mantenerse limpios y cuidar de su salud. Así, juntos, vivieron felices y saludables en la granja, recordando siempre la valiosa lección que Pancho aprendió.
FIN.