El chico y las mariposas
Había una vez un chico llamado Martín que vivía en una casa con un gran campito en el patio trasero. Todos los días, Martín iba afuera a jugar a la pelota, correr y atrapar mariposas.
Le encantaba sentir la brisa en su rostro y escuchar el sonido de la naturaleza a su alrededor. Un día, mientras jugaba, vio a un grupo de mariposas revoloteando alrededor de unas flores. Se acercó despacito para no espantarlas, y las observó maravillado.
De repente, una de las mariposas se posó en su dedo. Martín se quedó quieto, maravillado por aquel encuentro inesperado. Decidió llamar a su mamá para mostrarle la mariposa. -Mamá, ¡mira esta mariposa que se posó en mi dedo! -exclamó Martín emocionado.
Su mamá se acercó y, juntos, observaron a la hermosa mariposa. -Es realmente hermosa, ¿no? -dijo la mamá de Martín. -Sí, mamá, es asombrosa. Me pregunto a dónde irá después.
A lo mejor tiene una familia o amigos con quienes jugar -dijo Martín con una sonrisa. Esa noche, Martín tuvo un sueño mágico en el que se convertía en una mariposa y volaba por jardines llenos de flores y colores.
Al despertar, sintió una gran emoción y quiso compartir su sueño con su mamá. Desde ese día, Martín valoró aún más a las mariposas y a todos los seres vivos. Comprendió que, al igual que él, cada ser tiene su propio mundo y sueños.
Martín comenzó a cuidar las flores para que las mariposas siempre tuvieran un lugar hermoso donde revolotear. Y, cada vez que veía a una mariposa, recordaba su sueño y sonreía.
El campito se convirtió en un lugar mágico donde la naturaleza y la imaginación se unían para hacer de la infancia de Martín un momento inolvidable.
FIN.