El Chulla Chaqui de la Selva



Había una vez en la selva argentina, un chulla chaqui muy especial llamado Mateo. Mateo era un niño de 10 años que vivía rodeado de árboles, ríos y animales.

Desde muy pequeño, se había dado cuenta de lo importante que era cuidar y proteger la naturaleza. Un día, mientras paseaba por el bosque con su perro Roco, Mateo encontró algo extraño. Era un cartel enorme que decía: "Se busca a alguien valiente para salvar nuestra selva".

Mateo sabía que esa era su oportunidad para demostrar su amor por la naturaleza y decidió aceptar el desafío. Siguiendo las indicaciones del cartel, Mateo llegó a una cueva misteriosa donde se encontró con una tortuga parlante llamada Tito.

Tito le explicó a Mateo que la selva estaba en peligro debido a unos cazadores furtivos que estaban talando los árboles y cazando animales en forma ilegal.

"Mateo, necesitamos tu ayuda para detener a esos malvados cazadores furtivos", dijo Tito con voz preocupada. Mateo asintió decidido y juntos comenzaron a planear cómo atrapar a los cazadores furtivos. Decidieron organizar una protesta pacífica junto con los demás animales de la selva para llamar la atención de las autoridades.

El día siguiente, todos los animales se reunieron en el claro del bosque donde habían colocado carteles hechos por ellos mismos. Los monos trepaban por los árboles sosteniendo pancartas mientras que las aves volaban formando letras gigantes en el cielo.

De pronto, se escuchó un ruido de motores y los cazadores furtivos aparecieron en camiones, listos para continuar con su destructiva actividad. Pero cuando vieron la protesta pacífica de los animales y a Mateo liderándolos, se detuvieron sorprendidos.

"¡Alto! No pueden seguir talando árboles ni cazando animales ilegalmente", dijo Mateo con voz firme. Los cazadores furtivos intentaron escapar, pero Mateo y los demás animales les bloquearon el paso.

Roco ladraba fuerte para intimidarlos mientras que Tito mordía sus piernas para detenerlos. El resto de los animales formaron una barricada alrededor de ellos. Finalmente, llegaron las autoridades y arrestaron a los cazadores furtivos.

La selva estaba a salvo gracias al valiente acto de Mateo y la unión de todos los animales. Después del incidente, Mateo fue reconocido como "El Chulla Chaqui de la Selva" por su dedicación y amor hacia la naturaleza.

Se convirtió en un defensor aún más ferviente del medio ambiente e inspiró a otros niños a cuidar y proteger nuestro planeta. Desde entonces, cada año se celebra el Día del Chulla Chaqui en honor a Mateo y todos aquellos que trabajan incansablemente por preservar nuestra hermosa selva argentina.

Y así, gracias al coraje y determinación de un niño llamado Mateo, la selva continuó floreciendo con vida y color como siempre lo había hecho. Porque cuando nos unimos para cuidar nuestro hogar natural, podemos lograr grandes cosas y asegurar un futuro mejor para todos.

FIN.

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