El ciclo de la mariposa Aleli


En lo profundo de un jardín colorido, vivía una pequeña mariposa llamada Aleli. Aleli era una mariposa peculiar, siempre curiosa y llena de energía. Un día, Aleli se encontró con una oruga llamada Carlitos. Carlitos le contó a Aleli que estaba a punto de convertirse en una mariposa, pero que estaba un poco asustado. Aleli, emocionada por la idea, decidió quedarse junto a Carlitos para acompañarlo en su transformación.

Los días pasaron y Aleli cuidó amorosamente de Carlitos mientras este tejía su capullo. Finalmente, el capullo se abrió y de él emergió una hermosa mariposa. Carlitos, ahora transformado, agradeció a Aleli por su amistad y apoyo durante su transformación. Aleli, llena de alegría, se dio cuenta de que ella también había crecido durante ese proceso.

Decidió emprender su propio viaje, explorando el jardín y conociendo a otras criaturas. En su recorrido, Aleli conoció a una abeja llamada Bernardo, que le enseñó la importancia de la cooperación y el trabajo en equipo. También conoció a una lombriz llamada Renata, quien le mostró la importancia de cuidar el suelo y el medio ambiente. Aleli aprendió muchas lecciones valiosas durante sus aventuras.

Finalmente, Aleli regresó al lugar donde había conocido a Carlitos, pero él ya no estaba. En su lugar, encontró una joven oruga que necesitaba ayuda. Recordando cómo Carlitos le había enseñado a no tener miedo de cambiar, Aleli decidió quedarse y ayudar a la nueva amiga a atravesar su propia transformación.

A lo largo de su viaje, Aleli entendió que el cambio es parte natural de la vida, que el apoyo de los amigos es fundamental y que cada etapa de la vida tiene su propio valor. Y así, la mariposa Aleli continuó volando de flor en flor, llevando consigo las lecciones que había aprendido.

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