El cielo de Chocope



Había una vez en la comunidad de Chocope, un pequeño pueblo en Argentina, que se encontraba emocionado por celebrar su fiesta aniversaria. Todos los habitantes estaban ansiosos por disfrutar de un día lleno de diversión y alegría.

La directora del colegio local, la señorita Ana, estaba encargada de organizar el evento. Quería que fuera algo especial para todos los niños y niñas del pueblo.

Decidió hacer una reunión con ellos para pedirles ideas sobre cómo podían hacerlo aún más emocionante. En la reunión, los niños compartieron sus sugerencias entusiasmados. "¡Podríamos tener juegos tradicionales como la soga y las carreras de sacos!", dijo Martín. "Y también podríamos tener un espectáculo de payasos", agregó Sofía.

Mientras todos hablaban animadamente, Jesús Nazareno levantó tímidamente la mano. Era un niño muy callado pero siempre tenía ideas brillantes.

La señorita Ana le dio la palabra: "¿Qué te gustaría agregar a nuestra fiesta?"Jesús Nazareno sonrió y dijo: "Me encantan los fuegos artificiales. Podríamos terminar el día con un hermoso espectáculo en el cielo". Todos aplaudieron emocionados ante esa idea tan maravillosa.

La directora pensó durante unos segundos y luego respondió: "Jesús Nazareno, me parece una idea fantástica pero tenemos un problema. No tenemos suficiente dinero para comprar fuegos artificiales". Los niños bajaron la cabeza desilusionados al escuchar esto, pero Jesús Nazareno no se rindió.

"Podríamos hacer una colecta entre todos los habitantes del pueblo para comprarlos", sugirió. La señorita Ana se sorprendió por la determinación de Jesús Nazareno y decidió apoyarlo en su plan. Juntos, comenzaron a visitar cada casa del pueblo, explicando el proyecto y pidiendo colaboraciones.

La comunidad de Chocope respondió con generosidad. Todos querían ayudar a que la fiesta fuera inolvidable para los niños. Algunas personas donaron dinero, otras ofrecieron materiales para construir juegos y muchos más se unieron como voluntarios para organizar todo.

El día de la fiesta llegó finalmente y el pueblo estaba lleno de colorido y emoción. Los juegos tradicionales hicieron reír a grandes y chicos por igual, mientras los payasos divertían a todos con sus travesuras.

Cuando llegó la noche, todos se reunieron en un campo abierto esperando ansiosamente el gran espectáculo de fuegos artificiales. La señorita Ana tomó el micrófono y dijo: "Gracias a Jesús Nazareno y la generosidad de nuestra comunidad, hoy podremos disfrutar de algo mágico".

Los fuegos artificiales iluminaron el cielo con colores brillantes y formas impresionantes. Los niños miraban maravillados mientras las luces explotaban en el aire. Era como si estuvieran tocando las estrellas.

Después del espectáculo, Jesús Nazareno recibió un aplauso especial por su idea brillante y su determinación para hacerla realidad. Se sentía orgulloso pero también feliz porque había logrado llevar alegría a toda su comunidad.

Desde ese día, la fiesta aniversaria de Chocope se convirtió en un evento memorable para todos. Y cada año, Jesús Nazareno seguía aportando nuevas ideas para hacerla aún más especial.

La historia de Jesús Nazareno y su determinación nos enseña que no importa cuán grandes sean los obstáculos, siempre podemos encontrar una solución si trabajamos juntos y nunca dejamos de creer en nuestros sueños.

FIN.

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