El cielo de Toto
Toto era un niño muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras. Pero lo que más le gustaba era mirar al cielo por la noche y observar las estrellas.
Cada noche, antes de dormir, se asomaba a la ventana de su habitación para ver cómo brillaban en el oscuro firmamento. Un día, Toto decidió que quería conocer más sobre las estrellas y decidió preguntarle a su abuela, quien sabía mucho sobre astronomía.
"Abuela, ¿cómo hacen las estrellas para brillar tanto?"- preguntó Toto con gran entusiasmo. "Las estrellas son como enormes bolas de fuego en el espacio"-respondió la abuela-. "El calor generado por ese fuego es lo que hace que brillen".
Toto quedó fascinado con esa respuesta y siguió preguntando cada vez más cosas sobre las estrellas. La abuela le contó acerca de los planetas, los cometas y los asteroides. También le habló sobre la Vía Láctea, nuestra galaxia.
"¿Podríamos algún día visitar otros planetas?"-preguntó Toto emocionado. La abuela sonrió-. "Quién sabe", dijo ella-. "Pero eso es algo que quizás tú puedas descubrir algún día". A partir de ese momento, Toto comenzó a investigar todo lo relacionado con el universo.
Pasaba horas leyendo libros sobre astronomía e incluso construyó un telescopio casero para poder observar mejor las estrellas. Una noche mientras observaba el cielo nocturno desde su terraza vio una luz extraña moviéndose entre las constelaciones.
"¡Abuela, abuela! ¡Ven rápido!"-exclamó Toto emocionado. La abuela salió corriendo y se asomó por el telescopio de Toto-. "Es un cometa", dijo ella con una sonrisa-. "Tienes mucha suerte de haberlo visto".
A partir de entonces, Toto no dejó de buscar nuevas cosas en el cielo nocturno. Descubrió muchas constelaciones y aprendió a reconocer las estrellas más brillantes. Incluso comenzó a escribir sus propios cuentos sobre viajes espaciales y planetas lejanos.
Un día mientras caminaba por la calle vio un cartel que anunciaba una feria científica en la escuela cercana. La entrada era gratuita y había talleres para niños interesados en la astronomía. Toto sabía que no podía perderse esa oportunidad.
Al llegar a la feria, se encontró con otros niños tan curiosos como él. Juntos construyeron cohetes de papel y aprendieron acerca del sistema solar. También tuvieron una charla al aire libre sobre cómo encontrar las constelaciones más famosas.
Toto estaba tan emocionado que incluso hizo nuevos amigos ese día. Juntos se comprometieron a seguir explorando el universo juntos durante muchos años más. Después de esa experiencia, Toto supo que siempre habría algo nuevo por descubrir en el universo infinito.
Y aunque nunca llegara a visitar otros planetas o encontrar vida extraterrestre, siempre podría mirar hacia arriba y soñar con lo desconocido.
FIN.