El ciervo Valiente y la Sierra Espuña
En un hermoso bosque llamado Sierra Espuña, vivía un ciervo llamado Viento. Era un ciervo curioso y valiente, con grandes cuernos que lo hacían ver fuerte. Viento amaba correr entre los árboles y jugar con sus amigos: la ardilla Titi, el conejo Lino y la lechuza Lila. Pero, un día, algo extraño sucedió en su hogar.
Mientras Viento jugaba con sus amigos, notaron un olor feo en el aire. "¿Qué es ese olor tan raro?"- preguntó Viento, tapándose la nariz. "No lo sé, pero no huele bien"- respondió Titi, con los ojos muy abiertos. Lino, se asomó detrás de un arbusto y tragó saliva. "Yo vi cosas extrañas cerca del río, allí donde solíamos jugar"- dijo.
Decidieron ir a investigar. Al llegar al río, se encontraron con un panorama desolador. El agua estaba llena de basura y el suelo estaba cubierto de plásticos. "¡Qué triste!"- exclamó Viento, viendo cómo había cambiado su hermoso hogar. Lila, la lechuza, que sabía muchas cosas, les explicó: "Esto es contaminación. La gente a veces tira cosas que no deben en la naturaleza y eso la enferma"-.
Viento no podía creer lo que escuchaba. "¡Pero debemos hacer algo!"- dijo decidido. "No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras nuestra casa se llena de basura"-.
Los amigos decidieron organizar una gran reunión en el claro del bosque. Viento presentó su plan. "Vamos a hablar con los otros animales y con las personas que vienen a la sierra. Debemos enseñarles a cuidar nuestro hogar. ¡No podemos permitir que esto siga así!"-
Los animales aplaudieron, emocionados. "¡Buena idea, Viento!"- gritó Titi. Pero había un problema: la mayoría de los animales estaban asustados. "¿Y si los humanos no nos escuchan?"- temía Lino. Pero Viento respondió con fuerza: "Si no lo intentamos, nunca sabremos!"-
Con el apoyo de todos, comenzaron su misión. Juntaron la basura que pudieron, usaron hojas grandes para hacer carteles y empezaron a hablar con los visitantes de la sierra. "¡Hola!", decían entusiastas. "¿Sabían que tirar basura en la naturaleza la lastima?"-.
Al principio, algunos humanos los miraban sorprendidos, incluso se reían. Pero no se dieron por vencidos. Cada día, más y más animales se unieron a la causa. A la lechuza Lila se le ocurrió una idea brillante: organizar un día de limpieza del río, invitando a todos los animales y humanos a participar. "Si hacemos un evento divertido, mucha más gente vendrá!"- dijo, y todos estuvieron de acuerdo. Se celebró un gran evento con música, juegos y mucha alegría.
El día de la limpieza llegó, y el río se llenó de animales y familias. Viento, junto a Titi, Lino y Lila, guiaron a todos en la recolección de basura, y poco a poco el río fue recuperando su belleza. La gente empezó a entender lo importante que era cuidar el entorno. "¡Mirá cómo brilla el agua!"- exclamó Lino, mientras se zambullía en el río limpio.
Al finalizar el día, el río relucía y el bosque parecía más feliz. La gente prometió nunca más tirar basura en la naturaleza, y gracias al esfuerzo de Viento y sus amigos, comenzaron a organizar más eventos para educar a otros sobre la contaminación.
El ciervo Viento, lleno de orgullo, miró a sus amigos y al paisaje que tanto amaba. "¡Juntos lo logramos!"- dijo con una gran sonrisa. A partir de ese día, la Sierra Espuña volvió a ser un lugar hermoso gracias a todos los que decidieron cuidar su hogar y aprender a proteger la naturaleza. Y Viento, el ciervo valiente, siempre recordará esta aventura, como un ejemplo de que, aunque parezca difícil, cuando trabajamos juntos, podemos cambiar el mundo.
Y así, en la Sierra Espuña, la naturaleza volvió a florecer, y los animales y humanos aprendieron a vivir en armonía, cuidando lo que más amaban.
FIN.