El Circo de los Sueños



Era un día nublado y fresco en el pequeño pueblo de Mateo, donde la brisa traía consigo historias que se perdían entre las sombras. A finales de octubre de 2011, el pueblo despertó con la llegada de un misterioso circo. Un enorme cartel de colores brillantes decía: "El Circo de los Sueños - ¡Ven y déjate sorprender!". Todos los habitantes, intrigados, comenzaban a murmurar sobre lo desconocido que habían visto aparecer entre la niebla.

Una noche, Lucas, un niño curioso y valiente, decidió que debía explorar el circo. "-Yo quiero ver qué hay adentro!", exclamó entusiasmado.

Su amigo Julián, un poco más miedoso, le dijo: "-Pero, ¿y si hay monstruos o cosas raras?".

"-No, no!" insistió Lucas. "-Voy a averiguarlo!".

Al caer la oscura noche, Lucas y Julián se acercaron al circo. La música alegre resonaba en el aire, y las luces de colores iluminaban el camino. Cuando cruzaron la entrada, se encontraron con un mundo mágico. Había payasos que hacían malabares, acróbatas que volaban por los aires, yuna increíble diversión que rápidamente ahuyentó los temores de Julián.

"-Mirá, eso es impresionante!" dijo Julián, maravillado. Entonces, un payaso llamado Risi, con una nariz roja enorme y una gran sonrisa, se acercó a ellos. "-Hola chicas, ¡bienvenidos al Circo de los Sueños! ¿Quieren ser parte de un espectáculo?".

Ambos niños se miraron algunos segundos antes de responder. "-¿De verdad?" preguntó Lucas emocionado. "-Sí, ¡vengan conmigo!" dijo Risi, guiándolos hacia el centro del circo.

Al llegar, encontraron a otros niños, todos listos para realizar su propio show. Risi les explicó: "-Cada uno tiene un talento especial. Algunos pueden bailar, otros hacer trucos con las luces, o contar historias divertidas. ¿Qué les gustaría hacer?".

Julián dudó, pero Lucas exclamó "-Yo puedo contar historias!". Risi sonrió y dijo: "-Perfecto, entonces, Julián, ¿qué vas a hacer?". Julián se sonrojó y respondió nerviosamente: "-Yo puedo... hacer malabares, creo".

Los ensayos comenzaron, y pronto Lucas compartió historias sobre aventuras en lugares lejanos mientras Julián intentaba lanzar pelotas sin que se le cayeran. Al principio, las pelotas rebotaban por todos lados, y Julián se frustraba. Pero Risi se acercó. "-No te preocupes, todos fallamos al principio! Lo importante es no rendirse".

Al siguiente día, fue la gran presentación. El circo estuvo repleto de espectadores, y los corazones de los niños latían con expectación. Cuando llegó el turno de Lucas, se subió al escenario y comenzó a narrar una épica aventura sobre un valiente caballero. El público se rió y aplaudió mientras Lucas le daba vida a los personajes.

Luego, fue el momento de Julián. Con nerviosismo, subió al escenario y tomó las pelotas. "-Puedo hacerlo!" pensó y, para su sorpresa, poco a poco, empezó a coordinarlas. La audiencia lo animó, y al fin, logró hacer una serie de trucos sencillos que arrancaron aplausos y gritos de alegría.

Al finalizar el espectáculo, Risi los abrazó, "-Hicieron un increíble trabajo, chicos! Recuerden, no importa cuántas veces caigan, lo verdaderamente importante es levantarse y seguir intentándolo".

Desde esa noche, el circo de Mateo se convirtió en un lugar donde todos aprendieron que la perseverancia y el trabajo en equipo traen grandes alegrías. Con cada risa, los miedos desaparecieron, y el circo se llenó de sueños y sonrisas. Y así, cada año, en octubre, el circo volvía a aparecer, recordando a todos que con valentía y amigos, incluso lo desconocido puede volverse mágico.

FIN.

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