El circo saludable de Carlitos



Había una vez un niño llamado Carlitos que vivía en un pequeño pueblo en Argentina. Carlitos era un niño alegre y divertido, pero tenía un problema: no le gustaba comer frutas y verduras.

Siempre prefería comer golosinas y comida chatarra. Un día, la mamá de Carlitos se dio cuenta de que su hijo no estaba creciendo como debería. Estaba muy preocupada por él y decidió hablar con el doctor del pueblo para buscar una solución.

El doctor le explicó a la mamá de Carlitos lo importante que era tener una alimentación balanceada para crecer fuerte y saludable.

Le dijo que si Carlitos no comía frutas y verduras, su cuerpo no recibiría las vitaminas y minerales necesarios para crecer adecuadamente. La mamá de Carlitos decidió tomar cartas en el asunto y pensó en una forma creativa de enseñarle a su hijo sobre la importancia de comer alimentos saludables.

Un día, mientras paseaban por el mercado del pueblo, la mamá vio a unos payasos haciendo malabares con frutas y verduras. Se le ocurrió una gran idea: organizar un circo de alimentos saludables para motivar a Carlitos a probarlos.

La mamá habló con los payasos del mercado y les contó sobre el problema de Carlitos. Los payasos estuvieron encantados con la idea e inmediatamente comenzaron los preparativos para el circo. El día del espectáculo llegó, había luces brillantes, música alegre y mucha emoción en el aire.

Todos los niños del pueblo estaban emocionados por ver qué sorpresas les esperaban. Cuando Carlitos llegó al circo, se sorprendió al ver que todo estaba lleno de frutas y verduras gigantes.

Había una zanahoria malabarista, un plátano equilibrista y hasta un tomate trapecista. Era como si los alimentos cobraran vida. Carlitos se sentó junto a su mamá y observó fascinado el espectáculo.

Los payasos hacían trucos divertidos con las frutas y las verduras, mostrándoles a todos cómo podían ser deliciosas y saludables. Llegó el turno de la manzana voladora. El payaso lanzó una manzana al aire y Carlitos decidió atraparla. La sostuvo en sus manos por un momento antes de darle una pequeña mordida.

- ¡Mamá! Esta manzana es deliciosa -exclamó Carlitos con sorpresa-. Nunca había probado algo tan rico. La mamá sonrió orgullosa mientras veía cómo su hijo disfrutaba de la fruta.

A partir de ese día, Carlitos comenzó a probar diferentes frutas y verduras, descubriendo nuevos sabores y texturas que le encantaban. Poco a poco, los problemas alimenticios de Carlitos desaparecieron gracias al circo de alimentos saludables.

Ahora era un niño feliz y saludable que comprendía la importancia de comer bien para crecer fuerte. Desde entonces, cada vez que pasaba por el mercado del pueblo, Carlitos recordaba con cariño aquel día especial en el circo de alimentos saludables.

Y siempre estaría agradecido por haber aprendido lo importante que es cuidar su cuerpo comiendo adecuadamente.

FIN.

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