El cisne orgulloso
En un hermoso lago vivía un cisne blanco llamado Diego. Diego era un cisne muy presumido, siempre se pavoneaba mostrando su elegante plumaje y mirando con desdén a los demás animales del lago.
"Soy el más hermoso y elegante de todos", se jactaba Diego ante sus amigos patos y garzas. Su actitud arrogante molestaba a los demás animales, quienes se sentían insignificantes al lado del vanidoso cisne.
Un día, cansado de la actitud de Diego, el sabio búho del bosque decidió darle una lección. "Diego, ¿sabías que hay un lago cercano donde vive un cisne aún más hermoso que tú?", le dijo el búho. Diego, sorprendido y un poco preocupado, decidió ir en busca del supuesto cisne más hermoso.
Al llegar al nuevo lago, Diego se encontró con un cisne negro llamado Martín. Martín era amable, humilde y tenía un brillo en sus ojos que cautivaba a todos los que lo veían.
Diego, al verlo, sintió una extraña mezcla de envidia y admiración. Martín lo recibió con amabilidad y le dijo: "Cada uno de nosotros tiene su propia belleza, Diego. No se trata solo de lucir bien por fuera, sino de ser amable y generoso por dentro."
Las palabras de Martín resonaron en el corazón de Diego, quien finalmente comprendió que la verdadera belleza no reside en la vanidad, sino en la bondad y la humildad.
A partir de ese día, Diego cambió su actitud y se convirtió en un cisne amable, generoso y respetuoso. Sus amigos del lago notaron el cambio y pronto Diego se convirtió en uno de los cisnes más queridos y admirados. Desde entonces, enseñaba a los más jóvenes la importancia de ser humildes y amables.
El lago volvió a ser un lugar armonioso y lleno de alegría, gracias a la lección que Diego aprendió. Y él, finalmente, comprendió que la verdadera belleza nace del corazón.
FIN.