El Club de Dibujo


Había una vez una escuela llamada San Francisco, ubicada en un barrio tranquilo de la ciudad.

En esa escuela, había un grupo de niños de primero de primaria que se reunían todos los días para aprender cosas nuevas y divertirse juntos. Un día, llegó a la escuela un nuevo compañero: se llamaba Juan y era tímido y callado.

Al principio, los demás niños no sabían cómo acercarse a él, pero poco a poco fueron descubriendo que era muy inteligente y tenía mucho talento para dibujar. Un día, durante el recreo, Juan estaba sentado solo en un rincón del patio dibujando en su libreta. Los demás niños se acercaron curiosos y le preguntaron qué estaba haciendo.

"Estoy dibujando mi casa", respondió Juan tímidamente. Los otros niños quedaron impresionados por su habilidad para el dibujo y empezaron a pedirle que les enseñara. Así fue como nació el Club de Dibujo de la escuela San Francisco.

Cada semana, después de clases, los niños se reunían en una sala especial para aprender técnicas nuevas de dibujo con Juan como guía. Pronto descubrieron que cada uno tenía su propio estilo y comenzaron a compartir sus creaciones entre ellos mismos.

Pero no todo era felicidad en la escuela San Francisco. Un día llegó una noticia triste: el director había decidido cerrar la escuela debido a problemas económicos. Los niños estaban desesperados porque no querían separarse ni dejar sus aprendizajes detrás.

Entonces decidieron hacer algo al respecto: organizaron una feria escolar para recaudar fondos y salvar la escuela. Los niños trabajaron duro, vendiendo comida, manualidades y dibujos.

La feria fue un éxito rotundo y lograron recaudar suficiente dinero para mantener abierta la escuela San Francisco. Desde ese día, los niños se sintieron más unidos que nunca.

Habían aprendido a valorar su amistad y su educación, y sabían que juntos podían enfrentar cualquier desafío que se les presentara en el futuro.

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