El Club de las Emociones Mágicas


Había una vez en la ciudad de Buenos Aires, dos amigas muy curiosas y aventureras llamadas Mariana y Pepa. Siempre estaban buscando nuevas formas de divertirse y aprender cosas nuevas juntas.

Un día, mientras jugaban en el cuarto de Mariana, encontraron un viejo libro lleno de dibujos mágicos. Sin pensarlo dos veces, decidieron abrirlo y explorar su contenido. Al pasar las páginas del libro, se dieron cuenta de que cada ilustración representaba diferentes emociones.

Había dibujos que mostraban alegría, tristeza, amor y también algunas imágenes que les resultaron extrañas. Entre las páginas había una ilustración que mostraba a dos personajes haciendo cosas turbias en la cama.

Mariana y Pepa se miraron confundidas pero sin entender realmente qué significaba eso. Decidieron buscar al sabio vecino Don Carlos para pedirle ayuda e interpretar aquellos extraños dibujos. Al llegar a su casa, tocaron la puerta con ansias por descubrir qué significaba todo aquello.

Don Carlos los recibió con una sonrisa amable y les pidió que le contaran lo ocurrido. Las niñas explicaron cómo habían encontrado el libro mágico y cómo se sentían intrigadas por ese dibujo tan inusual.

Don Carlos tomó el libro entre sus manos y comenzó a explicarles: "Mis queridas niñas, este dibujo representa situaciones en las cuales alguien puede hacer cosas malas o incorrectas". Les explicó que algunas personas pueden utilizar la cama para actuar irrespetuosamente o hacer daño a otros.

Mariana preguntó preocupada: "¿Y qué debemos hacer si alguien nos hace algo malo en la cama?". Don Carlos respondió: "Lo más importante es siempre confiar en nuestros instintos y decir —"no"  cuando algo no nos parezca correcto.

También debemos hablar con un adulto de confianza para que nos ayude a resolver la situación". Luego, Don Carlos les enseñó a Mariana y Pepa sobre el valor del respeto y la importancia de establecer límites personales.

Les explicó que cada uno tiene derecho a decidir qué es lo que quiere hacer o no en cualquier momento. Desde aquel día, Mariana y Pepa se convirtieron en grandes defensoras del respeto y la amistad.

Juntas, crearon un club llamado "El Club del Respeto" donde enseñaban a otros niños sobre los derechos personales y cómo cuidar de sí mismos.

Con el tiempo, su club se hizo muy popular en toda la ciudad, y muchas personas aprendieron valiosas lecciones gracias a las aventuras de Mariana y Pepa. Así termina nuestra historia infantil inspiradora y educacional. Nos recuerda que siempre debemos mantenernos atentos ante situaciones extrañas o inapropiadas, buscar ayuda cuando sea necesario y aprender a respetar los límites propios y de los demás.

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