El club de lectura de Tomás


Había una vez un niño llamado Tomás, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y árboles frondosos. Tomás era el más travieso de todos los niños y siempre estaba corriendo y jugando por las calles del pueblo.

Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, vio a su vecina, la señora Clara, sentada en un banco leyendo un libro.

Tomás se acercó curioso y le preguntó:- Señora Clara, ¿qué haces ahí sentada todo el tiempo? La señora Clara sonrió y le respondió:- Estoy leyendo un libro, querido Tomás. La lectura es algo maravilloso que nos permite viajar a lugares lejanos sin movernos de donde estamos.

Tomás no entendía muy bien lo que la señora Clara quería decir. Para él, lo único importante era jugar y divertirse. Los días pasaron y cada vez que veía a la señora Clara leer, Tomás se acercaba para preguntarle sobre los libros.

Ella siempre le contaba historias emocionantes e interesantes que encontraba en sus páginas. Un día, la señora Clara decidió regalarle a Tomás su primer libro. Era un cuento lleno de aventuras sobre piratas valientes y tesoros escondidos.

Tomás llevó el libro a su casa pero no sabía qué hacer con él. Lo dejó olvidado en una esquina mientras salía a jugar con sus amigos.

Pero ese mismo día ocurrió algo inesperado: una fuerte tormenta azotó el pueblo y todos tuvieron que refugiarse dentro de sus casas. Sin nada más que hacer, Tomás decidió tomar el libro que le había regalado la señora Clara y empezó a hojear sus páginas.

A medida que avanzaba en la lectura, algo mágico sucedió: las palabras cobraron vida y Tomás se encontró dentro del cuento, rodeado de piratas y buscando tesoros. Fue una experiencia emocionante y fascinante para él. Desde ese día, Tomás descubrió el maravilloso mundo de los libros.

Pasaba horas y horas leyendo historias de aventuras, ciencia ficción y fantasía. Su imaginación volaba libremente mientras devoraba cada página. Poco a poco, Tomás comenzó a darse cuenta de lo importante que era aprender a leer.

Descubrió que los libros eran como ventanas hacia otros mundos y que la lectura le permitía conocer nuevas ideas e información. Tomás decidió contarle a sus amigos sobre esta increíble experiencia y les enseñó lo divertido que podía ser sumergirse en un buen libro.

Juntos formaron un club de lectura donde compartían sus historias favoritas e intercambiaban libros entre ellos. Con el tiempo, Tomás se convirtió en un excelente lector y descubrió su pasión por las letras.

No solo aprendió sobre diferentes temas, sino que también mejoró su vocabulario y su capacidad de expresión. La historia de Tomás inspiró a muchos niños del pueblo a interesarse por la lectura.

Poco a poco, todos fueron descubriendo el poder transformador de los libros y cómo pueden abrir puertas hacia un mundo lleno de conocimiento y diversión. Y así fue como aquel niño travieso llamado Tomás se convirtió en un lector apasionado y logró enseñar a otros la importancia de la lectura.

Desde entonces, el pueblo nunca volvió a ser el mismo, porque todos entendieron que los libros son verdaderos tesoros que pueden cambiar vidas.

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