El Club de los Amigos Inclusivos


En la secundaria "Arcoíris", todos los estudiantes eran bienvenidos sin importar su origen, habilidades o preferencias. Era un lugar donde la diversidad era celebrada y cada uno podía ser auténticamente ellos mismos.

En esta historia, conoceremos a Lucas, un niño con discapacidad visual que estaba emocionado por comenzar el primer día de clases en la secundaria "Arcoíris". Aunque sus padres estaban preocupados por cómo se adaptaría a su nueva escuela, él sabía que sería una experiencia maravillosa.

Al llegar al colegio, Lucas fue recibido por el director y las maestras con sonrisas cálidas y palabras de aliento.

Le presentaron a sus nuevos compañeros de clase: Sofía, una niña sorda; Juanito, un niño en silla de ruedas; Martina, una chica con síndrome de Down; y Pedro, un chico hiperactivo. Todos los niños se hicieron amigos rápidamente. Juntos formaron un equipo para resolver problemas y ayudarse mutuamente.

Ellos aprendieron que todos tenían fortalezas únicas y que podían aprender mucho unos de otros. Un día, mientras jugaban en el patio del colegio, encontraron una mascota abandonada. Era un pequeño gatito negro llamado Luna.

Todos querían adoptarlo pero sabían que algunos tenían alergias o no podían cuidarlo adecuadamente. "¿Qué vamos a hacer?", preguntó Lucas preocupado. "Podemos buscarle una familia amorosa", sugirió Sofía. "¡Sí! Y podemos hacer carteles para encontrarle un hogar", agregó Martina entusiasmada. Así que decidieron trabajar juntos para encontrarle un hogar a Luna.

Sofía diseñó los carteles y Lucas los describió en Braille para que todos pudieran leerlos. Juanito se encargó de pegarlos por todo el vecindario, mientras Martina y Pedro ayudaban a difundir la información en las redes sociales.

Días después, recibieron una llamada de una familia interesada en adoptar a Luna. Era una familia con dos niños pequeños que querían mucho a los animales y estaban dispuestos a cuidarlo adecuadamente. "¡Lo logramos!", exclamaron emocionados.

"¡Somos un gran equipo!", dijo Lucas sonriendo. El día de la entrega, todos acompañaron a Luna hasta su nuevo hogar. La familia estaba muy feliz de tenerlo y prometió cuidarlo siempre. Al despedirse, Lucas sintió una mezcla de tristeza y alegría.

"Te extrañaremos, Luna", dijo Lucas acariciando al gatito. "Pero sabemos que estarás feliz aquí", agregó Sofía. De vuelta en la escuela, los amigos se dieron cuenta de lo valioso que era su trabajo en equipo.

Decidieron crear un club donde pudieran ayudar a otros animales necesitados. "Podemos organizar eventos benéficos y recaudar fondos para refugios", sugirió Juanito. "¡Sí! Y también podemos enseñarles sobre inclusión", añadió Martina entusiasmada. "Será genial", afirmó Pedro con energía.

Así fue como el club "Amigos Inclusivos" nació en la secundaria "Arcoíris". Juntos hicieron grandes cambios no solo en sus vidas, sino también en la comunidad. Aprendieron que la diversidad no era un obstáculo, sino una oportunidad para crecer y aprender.

Y así, Lucas y sus amigos demostraron que la inclusión es algo maravilloso que puede hacer del mundo un lugar mejor para todos.

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