El Club de los Códigos Mágicos



En el colegio San Pedro de Barquisimeto, hay un laboratorio de computación lleno de computadoras relucientes, colores brillantes y un aire de creatividad. Sin embargo, hay algo aún más especial: los alumnos del cuarto grado. Hoy, estaban listos para vivir una aventura que cambiaría su visión de la tecnología para siempre.

Era un día soleado cuando Ana, Paula, Jorge y Steve, amigos desde hace mucho tiempo, se encontraban sentados en sus pupitres, listos para su clase de computación. La maestra, la señorita Valeria, se acercó a ellos con una sonrisa.

- “¡Hola chicos! Hoy aprenderemos sobre las normas del laboratorio. Pero antes, ¡tengo algo especial preparado para ustedes! ”

Los ojos de los cuatro amigos brillaron de emoción.

- “¿Qué será, seño? ” - preguntó Jorge, moviendo las piernas de nervios.

- “Hoy, cuando hablemos de las normas, también las aplicaremos en un juego. Nos dividiremos en equipos y deberán demostrar cómo las normas ayudan a que todo funcione bien aquí”.

Ana y Paula aplaudieron entusiasmadas.

- “¡Eso suena genial! ” - exclamó Ana.

- “Me encanta la idea, ¡vamos con todo! ” - dijo Paula, chocando los dos con Jorge.

La señorita Valeria continuó explicando.

- “Primero, aprendan a cuidar los equipos. Siempre deben lavarse las manos antes de tocar las computadoras y no comer ni beber en el laboratorio.”

Los amigos asintieron, tomando notas. Sin embargo, Steve, el más travieso del grupo, intervino.

- “¿Y si hacemos una galleta virtual en el programa de diseño? Así podríamos ‘comer’ y no ensuciamos nada.”

Los demás rieron ante la idea, pero Ana lo reprendió.

- “¡Venite! No hay que distraerse, así no iremos lejos.”

La señorita Valeria siguió hablando sobre la importancia de mantener el espacio ordenado.

- “Y el más importante: siempre hay que ayudar a un compañero que lo necesite. La colaboración es clave.”

Steve se rascó la cabeza, pensando en todas las formas en que podía usar esa regla.

- “¿Y si ganamos el juego ayudando a todos? ” - sugirió, sonriendo pícaramente.

Con la energía del juego en el aire, los equipos se formaron. Paula y Ana decidieron trabajar juntas, mientras que Jorge y Steve optaron por unirse. La misión era hacer un proyecto sobre cómo se usa la computación en la vida diaria.

Los amigos comenzaron a investigar y a compartir ideas, pero pronto surgieron algunos problemas.

- “No podemos usar esto, no está bien cuidado,” - dijo Paula, señalando una computadora que parecía un poco rota.

- “Pero esto tiene un programa que me encantaría probar,” - respondió Jorge.

Ana, intentando mantener la paz, propuso.

- “Hagamos una lista de qué queremos hacer, así todos pueden opinar y tomar decisiones. Al fin y al cabo, somos un equipo.”

Al final, decidieron trabajar juntos. Cada uno aportó su punto de vista y se dieron cuenta de lo emocionante que era trabajar en equipo. Cuando terminaron, resguardaron el laboratorio cumpliendo cada norma.

- “¡Chicos, estamos listos para presentar! ” - exclamó Jorge, lleno de energía.

A la hora de las exposiciones, hubo varios momentos sorprendentes. Los amigos presentaron un video de su proyecto, donde mostraron la importancia de cuidar y respetar tanto el equipo como a sus compañeros.

Al final de la clase, la señorita Valeria sonrió orgullosa.

- “Han aprendido una gran lección hoy, no solo sobre las normas, sino sobre trabajar juntos. ¡Esto es el verdadero espíritu del laboratorio de computación! ”

Ana, Paula, Jorge y Steve se miraron sonriendo. Sabían que el aprendizaje no terminaba aquí. Desde ese día, el grupo formó el "Club de los Códigos Mágicos", donde continuaron explorando la computación mientras compartían el valor de la amistad, el respeto y la colaboración.

Y así, en el colegio San Pedro, se gestó una historia llena de risas, aprendizaje y aventura, recordando siempre que las normas estaban ahí para ayudar a disfrutar y maximizar su creatividad.

A partir de entonces, el laboratorio de computación se volvió su lugar favorito, donde descubrieron el poder de la tecnología y, más importante aún, el poder de trabajar en equipo.

FIN.

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