El club de los protectores del parque


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, vivían la abu Vivi, el tío Julián y Clarita. Eran una familia muy unida y siempre estaban dispuestos a ayudarse mutuamente.

Un día soleado, mientras paseaban por el parque del pueblo, la abu Vivi notó algo extraño en los árboles. ¡Era un halcón grande! El halcón estaba volando de rama en rama, buscando comida para su cena.

Pero lo que más llamó la atención de la abu Vivi fue que el halcón tenía sus ojos fijos en las ardillas y los benteveos que vivían allí. La abu Vivi se preocupó mucho por las pobres criaturas indefensas. Sabía que tenía que hacer algo para protegerlas.

Entonces, le dijo al tío Julián y a Clarita: "¡Tenemos que salvar a esas ardillas y benteveos! No podemos permitir que el halcón se los coma".

El tío Julián asintió con determinación y propuso: "Podemos construir nidos seguros para ellos en nuestro jardín. Así estarán protegidos del halcón". Clarita estaba emocionada con la idea de cuidar a los animalitos. Ella sugirió: "También podríamos colgar comederos con semillas para pájaros cerca de los nidos.

De esa manera, tendrán comida siempre disponible". Así comenzaron su misión de ayudar a las ardillas y benteveos del parque. La abu Vivi, el tío Julián y Clarita construyeron varios nidos utilizando ramitas y hojas, colocándolos en lugares seguros de su jardín.

Luego, colgaron comederos llenos de semillas para pájaros cerca de los nidos. Las ardillas y benteveos, al ver los nuevos hogares y la comida disponible, se acercaron tímidamente.

Pronto se sintieron seguros y comenzaron a visitar el jardín de la abu Vivi con más frecuencia. Un día, mientras observaban desde la ventana, vieron al halcón volando hacia el jardín. Todos se pusieron nerviosos.

Pero para su sorpresa, el halcón no tenía intenciones de atacar a las pequeñas criaturas que ahora vivían allí. En cambio, simplemente pasó volando por encima del jardín. La abu Vivi sonrió y dijo: "Creo que nuestro plan ha funcionado.

El halcón ya no ve a las ardillas y benteveos como presas fáciles porque están protegidos aquí". Desde aquel día, las ardillas y benteveos encontraron un hogar seguro en el jardín de la abu Vivi. La familia siempre estuvo dispuesta a ayudar a otros animales necesitados en su comunidad.

A medida que pasaba el tiempo, más vecinos del pueblo se inspiraron por el amor y cuidado que mostraba la familia hacia los animales.

Juntos formaron un grupo llamado "Amigos del Parque", cuyo objetivo era proteger y preservar todo tipo de vida silvestre en Villa Alegre. La historia de cómo la abu Vivi, el tío Julián y Clarita salvaron a las ardillas y benteveos fue contada una y otra vez en el pueblo.

Sirvió como un recordatorio de que todos podemos marcar la diferencia, incluso en las situaciones más pequeñas. Y así, gracias a su valentía y compasión, la abu Vivi, el tío Julián y Clarita lograron cambiar el destino de las ardillas y benteveos del parque.

No solo les dieron un hogar seguro, sino que también inspiraron a otros a cuidar de los animales y proteger la naturaleza.

Desde entonces, Villa Alegre se convirtió en un lugar donde los animales eran respetados y amados por todos sus habitantes. Y todo comenzó con una simple idea de una familia dispuesta a ayudar.

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