El Club de Tomás y los Tentempiés Saludables



Había una vez un niño llamado Tomás, a quien le encantaba comer dulces. No importaba si eran chocolates, caramelos o gomitas, él siempre tenía un antojo por algo dulce.

Todos los días después de la escuela, iba corriendo a la tienda de golosinas y compraba bolsas llenas de sus favoritos. Un día, mientras Tomás disfrutaba de una enorme barra de chocolate en su habitación, comenzó a sentirse mal. Su estómago dolía mucho y sentía náuseas.

Se preocupó y fue corriendo a contarle a su mamá lo que le estaba pasando. Su mamá lo llevó al médico para averiguar qué estaba causando esos dolores estomacales tan fuertes.

El doctor les explicó que el exceso de consumo de dulces podía provocar problemas en el organismo y que era importante tener una alimentación equilibrada. Tomás se sintió triste al escuchar esto porque amaba los dulces más que cualquier otra cosa en el mundo.

Pero decidió hacer un cambio en su vida para cuidar su salud. Esa misma tarde, cuando regresaron del médico, Tomás y su mamá fueron juntos a la cocina para preparar meriendas saludables.

Cortaron frutas frescas como manzanas, uvas y sandías en pequeños pedazos y las colocaron en platos coloridos. A medida que Tomás probaba las diferentes frutas, se dio cuenta de lo deliciosas que eran también sin necesidad de agregarles azúcar extra.

Además, aprendió sobre los beneficios nutricionales que obtenía al consumir alimentos naturales como estos. Los días pasaron y Tomás se fue acostumbrando a su nueva alimentación. Ya no sentía esos dolores estomacales y tenía más energía para jugar con sus amigos en el parque.

Un día, mientras estaba en el parque, Tomás notó que su amigo Lucas también estaba comiendo muchos dulces. Se acercó a él y le contó lo que había aprendido sobre los efectos negativos del exceso de azúcar en el cuerpo.

"Lucas, sé que los dulces son deliciosos, pero también pueden hacerte daño si los consumes en exceso", dijo Tomás preocupado. Lucas miró a Tomás con curiosidad y preguntó: "¿Qué puedo hacer entonces? Me encantan los dulces".

Tomás sonrió y le explicó cómo había encontrado una solución equilibrada para disfrutar de sabores dulces sin perjudicar su salud. Le mostró las meriendas saludables que solía llevar al colegio y compartió algunas recetas sencillas con frutas frescas.

Lucas decidió probar la sugerencia de Tomás y comenzó a llevar meriendas saludables al colegio. Poco a poco, otros niños se sumaron a su iniciativa y juntos formaron un club llamado "Los Amigos Saludables".

Compartían ideas sobre cómo disfrutar de alimentos nutritivos sin dejar de lado el sabor dulce. Desde aquel día, Tomás se dio cuenta de que podía ayudar a otros niños a tomar decisiones más saludables.

Aprendió que cuidar su cuerpo era importante y que podía marcar la diferencia en la vida de otras personas. Y así, gracias al amor por los dulces que alguna vez enfermara a Tomás, él encontró una nueva pasión: inspirar a otros niños a llevar una vida saludable y equilibrada.

FIN.

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