El cocodrilo valiente



Un día, mientras el cocodrilo se encontraba caminando tristemente por el bosque, escuchó un ruido proveniente de detrás de unos arbustos. Curioso, decidió acercarse y descubrió a una tortuga jugando con sus amigos.

El cocodrilo se acercó a ellos y les preguntó si habían visto a su mamá y papá. La tortuga, llamada Tito, le respondió: -Lo siento, amiguito cocodrilo, pero no hemos visto a tus padres por aquí.

Pero no te preocupes, ¡seguro que los encontrarás! El cocodrilo asintió con tristeza y continuó su camino por el bosque. Mientras caminaba entre los árboles, encontró una familia de monos jugando en las ramas. Decidió preguntarles si habían visto a sus padres.

-¡Hola! ¿Han visto a mi mamá y papá? -preguntó el cocodrilo esperanzado. Los monos negaron con la cabeza pero uno de ellos le dijo: -No te pongas triste, pequeño amigo. Seguro que los encuentras pronto. No pierdas la esperanza.

El cocodrilo sonrió débilmente y siguió su búsqueda. Caminando más adentro del bosque llegó hasta un riachuelo donde había varios patitos nadando felices en el agua.

-¡Hola! ¿Han visto a mi mamá y papá? -preguntó emocionado el cocodrilo al verlos tan cerca del agua. Los patitos lo miraron sorprendidos pero luego uno de ellos respondió: -Lo siento mucho, lindo cocodrilo, pero no hemos visto a tus padres. Pero no te desanimes, seguro los encontrarás.

El cocodrilo suspiró y continuó su camino con el corazón lleno de esperanza. Pasaron los días y el pequeño cocodrilo se encontraba cada vez más triste y desanimado. No sabía qué hacer ni dónde buscar.

Un día, mientras caminaba cerca de un lago, escuchó una voz familiar: -¡Hijito! ¡Aquí estamos! El cocodrilo volteó rápidamente y vio a su mamá y papá corriendo hacia él con los brazos abiertos. Ellos también lo habían estado buscando incansablemente.

-¡Mamá! ¡Papá! -exclamó el cocodrilo emocionado mientras corría hacia ellos. Se abrazaron fuertemente y comenzaron a contar todas las aventuras que habían tenido durante su búsqueda. Resulta que la familia del pequeño cocodrilo había estado perdida en otro sector del bosque todo ese tiempo.

Desde aquel día, el pequeño mono aprendió una valiosa lección: nunca debes perder la esperanza ni rendirte cuando buscas algo importante para ti. A veces puede tomar tiempo encontrarlo, pero si tienes fe y sigues intentándolo, al final lo conseguirás.

Y así fue como el cocodrilo dejó atrás la tristeza y volvió a ser el gracioso personaje que todos conocían en el bosque.

Siempre recordaría esa lección de vida tan valiosa que había aprendido en su búsqueda por encontrar a su querida familia. Y juntos vivieron felices para siempre en el hermoso bosque donde habían encontrado el verdadero significado de la perseverancia y el amor familiar.

FIN.

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