El Cohete de Cartón



Era una tarde soleada en el barrio, y Marco, Luna y Tomás estaban en el jardín de Marco, rodeados de cajas de cartón, tijeras y cintas adhesivas.

"¡Hoy es el día!" - exclamó Marco entusiasmado.

"Sí, vamos a construir el cohete más grande y potente del mundo. ¡Imagina explorar la galaxia!" - dijo Tomás, dibujando estrellas y planetas en una de las cajas.

"Y no olvidemos la parte científica. Necesitamos calcular cómo volver a casa" - añadió Luna con su voz serena y segura.

Mientras trabajaban juntos, el viento soplaba suavemente, y los vecinos pasaban mirando curiosos. Después de varias horas de esfuerzo, lograron terminar su cohete. Era un espectáculo colorido y divertido, lleno de detalles pintados por Tomás.

"¡Listo! Nuestro primer viaje espacial será a la Luna. ¡Rumbo a la aventura!" - gritó Marco con un brillo en los ojos.

Después de una breve ceremonia de —"despegue" , la imaginación de los amigos los llevó a volar en su cohete. Pero de repente, un rayo de luz brillante iluminó el jardín. Los tres amigos se miraron asombrados.

"¿Vieron eso?" - preguntó Luna.

"¿Qué fue?" - cuestionó Tomás, todavía abrazado a su boceto de una nave.

Al instante, un pequeño robot salió de la luz. Era un robot amistoso llamado Galáxito.

"¡Hola, amigos! Soy Galáxito, y he venido a ayudarles a cumplir su sueño de explorar el espacio. ¡Suban a mi nave!"

"¡Esto es increíble!" - gritó Marco.

"¿Nos llevará a la Luna?" - preguntó Luna, intrigada.

"No solo a la Luna, sino a cualquier lugar del universo que deseen. ¡Vamos!" - dijo Galáxito.

Los tres amigos se subieron al robot, y al instante, se sintieron suspendidos en el aire. La nave giró y, en un parpadeo, estaban en medio del espacio, flotando entre las estrellas.

"¡Guau! Miren cuán grande es el universo, ¡es hermoso!" - exclamó Tomás, sacando su cuaderno para dibujar todo lo que veía.

"¡Podemos ir al planeta Místico!" - sugirió Luna, siendo la más curiosa.

Galáxito, con una sonrisa, los llevó a Místico, un planeta lleno de árboles de caramelos y ríos de chocolate.

Al llegar, descendieron y comenzaron a explorar. Todo era maravilloso hasta que se dieron cuenta de que los árboles estaban tristes.

"¿Por qué están tan apagados?" - preguntó Marco, preocupado.

De repente, un pequeño ser, llamado Dulce, se acercó a ellos.

"Los árboles están tristes porque ya no hay risas y juegos. Necesitamos su ayuda para restaurar la alegría en Místico, y así los árboles volverán a brillar" - explicó Dulce.

"Nosotros podemos ayudarlos, ¿qué debemos hacer?" - ofreció Tomás, entusiasmado con la idea de ayudar.

Dulce sonrió y les dijo que necesitaban organizar una gran fiesta.

"¡Una fiesta!" - gritó Marco.

"Propongo que cada uno de nosotros se encargue de algo para hacerla genial" - sugirió Luna.

Así que los amigos se pusieron manos a la obra. Marco organizó juegos divertidos; Tomás se encargó de hacer hermosos carteles, y Luna se dedicó a invitar a todos los seres del planeta.

Cuando todo estuvo listo, la fiesta comenzó. Risas, música y alegría llenaron el aire. Los árboles comenzaron a rejuvenecer y florecer al ritmo de la felicidad que generaban.

"¡Miren! ¡Están volviendo a brillar!" - gritó Luna mientras señalaba con alegría.

"¡Gracias, amigos!" - exclamó Dulce llenos de emoción.

Al día siguiente, Galáxito llevó a Marco, Luna y Tomás de regreso a casa.

"Prometan que no dejarán de soñar en grande. Con sus corazones y mentes, pueden hacer cualquier cosa" - les dijo el robot antes de desaparecer en una nube de luz.

De regreso en el jardín, los tres amigos se miraron con una sonrisa.

"Hoy aprendimos que la verdadera aventura no solo está en el espacio, sino en ayudar a los demás" - reflexionó Luna.

"Y que los sueños pueden hacerse realidad si trabajamos juntos" - añadió Marco.

"Sí, y no importa si es en una nave de cartón o un planeta de caramelos, siempre es mejor si lo hacemos juntos" - concluyó Tomás, mientras dibujaba el cohete en su cuaderno.

Y así, los tres amigos continuaron soñando, esta vez con más fuerza que nunca, listos para enfrentar nuevas aventuras y hacer del mundo un lugar más feliz.

FIN.

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