El Cohete de Navidad de Julia
Era un día soleado en Sevilla y la Navidad se acercaba rápidamente. En el colegio San Juan Diego, los alumnos estaban emocionados por la llegada de las festivas vacaciones. Julia, una niña de diez años con una imaginación desbordante, tenía un plan especial. Cada año, ella y sus amigos organizaban un acto para celebrar la Navidad de una forma única. Este año, Julia tenía una idea brillante: hacer un cohete que llevara su mensaje de paz y amor a todo el mundo.
"¡Chicos! ¡Escuchen! ¡Tengo la mejor idea para esta Navidad!" - dijo Julia emocionada mientras entraba al aula.
"¿Qué se te ocurrió esta vez, Julia?" - preguntó Lucas, su mejor amigo, con un tono de intriga.
"¡Vamos a construir un cohete! Y no solo un cohete, sino que lo llenaremos de cartas donde cada uno escriba un deseo navideño y un mensaje de felicidad. ¡Lo lanzaremos al cielo!" - exclamó Julia.
Los amigos se miraron entre sí, motivados por la idea. Empezaron a planificar cómo armarían el cohete. Reunieron cartones, botellas de plástico y todo tipo de materiales reciclados. Después de varios días llenos de risas, trabajo en equipo y creatividad, finalmente lograron construir un cohete que se alzaría por los cielos de Sevilla.
Cuando estaba todo listo, decidieron hacer una gran fiesta en el colegio para compartir su proyecto y lanzar el cohete. Julia y sus amigos decoraron el patio con luces, dibujos y globos de colores. El día de la fiesta, los sonidos de risas y música llenaban el aire.
"¡Esto es genial!" - dijo Julieta, la hermana menor de Julia, mientras veía a todos los niños jugar.
"Sí, será un lanzamiento espectacular", respondió Julia, mientras ajustaba los últimos detalles del cohete.
El momento del lanzamiento llegó. Todos los alumnos se reunieron alrededor del cohete, expectantes. El director del colegio se acercó al micrófono.
"Queridos estudiantes, hoy no solo celebramos la Navidad, sino también la unión que hemos creado. Escuchemos los deseos de cada uno de nuestros amigos" - dijo con una gran sonrisa.
Uno a uno, los niños compartieron sus deseos. Algunos deseaban felicidad, otros paz, y algunos solo querían que todos estuvieran bien. Julia fue la última.
"Yo deseo que todos en el mundo sientan el amor y la felicidad que nosotros sentimos hoy, porque eso es lo que la Navidad significa para mí" - dijo Julia con el corazón lleno de emoción.
"¡Ahora sí, a contar hasta tres!" - exclamó Lucas.
"¡Uno! ¡Dos! ¡Tres!" - gritaron todos a la vez.
Con un empujón, el cohete salió disparado hacia el cielo. Los ojos de los niños brillaban mientras lo seguían con la mirada, esperanzados por ver sus deseos volar lejos.
De repente, el cohete comenzó a tambalear y a descender, pero no explotó. En lugar de eso, se quedó suspendido en el aire y comenzó a liberar pequeñas luces brillantes, un espectáculo que iluminó el cielo de Sevilla. Todos los niños quedaron atónitos.
"¡Miren! ¡Son... estrellas!" - gritó Julieta, señalando las luces.
"Es algo mágico" - susurró Julia, sintiendo que de alguna forma, sus deseos estaban siendo escuchados.
La navidad nunca se sintió tan especial. Esa noche, la familia de Julia hizo una cena especial, celebrando no solo la Navidad, sino la hermosa amistad y unidad que habían creado en su colegio.
A partir de ese día, el cohete de Navidad de Julia se convirtió en una tradición en el colegio, recordando a todos que lo que importa no es solo el regalo, sino el deseo de compartir amor y felicidad con los demás. Julia entendió que con creatividad y unión, podían hacer grandes cosas y que la magia de la Navidad vive en el corazón de cada uno.
FIN.